La mesa dispar que dirige el Congreso
La mesa dispar que dirige el Congreso

La renuncia de Daniel Salaverry al partido Fuerza Popular (FP) no solo agudizó la crisis sin precedentes del fujimorismo. También resquebrajó las relaciones personales entre los integrantes de la Mesa Directiva del Congreso de la República.

El sólido “team naranja” que lideró Salaverry en julio de 2018, en pos de la Mesa Directiva, es hoy un buró desarticulado. El presidente y sus tres vicepresidentes ya no comparten los mismos objetivos.

Las enfáticas declaraciones de Segundo Tapia contra la decisión de Salaverry, de no renovar los contratos a más de un centenar de funcionarios vinculados con Fuerza Popular, son una muestra de ello.

El segundo vicepresidente de la Mesa Directiva estima que el presidente del Congreso, Daniel Salaverry, actuó de manera “arbitraria, autoritaria, unilateral y abusiva” al no renovar el contrato de 130 trabajadores, entre ellos 100 militantes de Fuerza Popular.

No obstante, el legislador fujimorista, que ha sido presidente de la Comisión de Ética en su momento, tiene a dos de sus sobrinos contratados en el despacho de la segunda vicepresidencia, información que él mismo ha confirmado bajo el argumento de que serían contrataciones que no contravienen el Reglamento del Congreso.

El legislador Víctor A. García Belaunde ha calificado el hecho como un acto de nepotismo: “No llegamos a la política para abrirle la puerta a nuestros familiares y amigos”, dijo.

En tanto, la tercera vicepresidenta, Yeni Vilcatoma, ha pedido que su colega Tapia sea investigado por la contratación de sus parientes.

Sin embargo, analistas políticos convergen en que Vilcatoma no es precisamente un dechado de virtudes. A la exprocuradora adjunta se le atribuye la contratación como asesor en la Comisión de Fiscalización, que ella presidía en 2016, de un donante de dinero a su campaña electoral.

En otro momento, Vilcatoma incurrió en xenofobia antichilena al cuestionar a Gerardo Sepúlveda, socio de PPK, quien se habría sometido al engaño de “un chileno”. Atacó a Borea por invocar al personaje chileno de historieta, “Condorito”, y le reclamó más nacionalismo.

El 26 de julio de 2018 vuelve a inscribirse en Fuerza Popular para acceder al cargo de vicepresidenta del Congreso, después de un violento rompimiento con el fujimorismo en 2016.

“ESTOY CHIHUÁN”

A la primera vicepresidenta, Leyla Chihuán, se le reprocha haber acentuado la mala imagen del Parlamento, al declarar suelta de huesos que su salario de S/15,600 mensuales no es suficiente para su tren de vida. Lo anterior dio pie a que la afamada “Tigresa del Oriente” componga una pegajosa canción titulada “Estoy Chihuán”, que causó la furia de la congresista. Tras ello, la “Tigresa” tuvo que retirar su melodía ante una amenaza legal de Chihuán.

Por su parte, Daniel Salaverry tiene pendiente una denuncia en la Comisión de Ética Parlamentaria, donde es acusado por presentar informes falsos de gastos de representación cuando aún no presidía el Congreso. Se le atribuye, además, a una empresa suya deudas a EsSalud y la ONP por más de un S/1 millón.

Las semanas previas a la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, Salaverry monitoreó a su colega Mamani en la grabación de audios contra los parlamentarios kenjistas. Presentó material de Mamani a la prensa como un gran logro de Fuerza Popular.