Lourdes Flores: "Un Ejecutivo con todos los poderes solo conduce al abuso" (VIDEO)

, sostiene que la decisión del presidente Martín Vizcarra de disolver el Congreso fue inconstitucional y espera, a título personal, que el (TC) siente un precedente con su resolución sobre la demanda competencial de Pedro Olaechea. No obstante, critica la decisión del máximo intérprete de la Carta Magna de no incorporar como miembro a Gonzalo Ortiz de Zevallos.

En conversación con Correo, la excandidata presidencial también remarca la necesidad de una renovación en la política con miras a las elecciones congresales de enero próximo.

¿Le sorprendió la medida tomada por el presidente Martín Vizcarra de disolver el Congreso? 

Aunque era una posibilidad, anunciada por el propio presidente Vizcarra el día anterior, considero que ha sido un acto inconstitucional, pensé que no lo haría.

¿Cree que había otro escenario ante al enfrentamiento visible entre el Ejecutivo y el Legislativo? 

Desde luego, antes, de todas maneras. Creo que el Poder Ejecutivo, el presidente de la República (Martín Vizcarra), desaprovechó varias cosas que ocurrieron semanas antes y pudieron perfectamente haber conducido a un entendimiento. El mensaje del presidente del Congreso, Pedro Olaechea, al momento de asumir, que si bien tuvo una posición crítica y algunos puntos de vista propios de quien no ha sido elegido por el oficialismo, simultáneamente tendió una mano para poder conversar. En segundo lugar, creo que no darle la importancia de valorar el triunfo que el Gobierno había conseguido al imponer todas las reformas que había propuesto, pese a las escaramuzas que podría haber habido. (...) Y en tercer lugar, y lo más penoso, me parece que hubo conversaciones bastantes avanzadas que pudieron haber llegado, sin necesidad de esta ruptura constitucional, a una solución o acuerdo, incluso, en el adelanto de elecciones.

¿Considera que la disolución fue inconstitucional? 

Sí.

¿Bajo qué consideraciones? 

En primer lugar, porque considero que no existe en la Constitución peruana, ni puede existir en el ámbito público, una interpretación, como se ha dicho, que se ha producido una denegación fáctica. La cuestión de confianza es una institución de tal envergadura, propia del derecho parlamentario, que constituye un mecanismo para que el Poder Ejecutivo se imponga al respecto del Poder Legislativo, en la medida en que, formulado algún planteamiento, el Congreso inequívocamente les diga no. Pero no se puede presumir que me dijo no, más aún, cuando horas más tarde me dijo sí. En consecuencia, creo que esta disolución es una presunción de una voluntad que el Congreso no ha expresado y que, por el contrario, expresa en sentido positivo, dando la confianza. De modo que es una creación heróica que yo considero que, aunque fuera solo simbólicamente, en su momento el TC debiera decir que no fue constitucionalmente correcto.

Tras lo ocurrido, ¿cree que el país está en camino a superar la crisis política? 

Como pasa siempre en situaciones como esta, en un conflicto gravísimo, siempre hay dos situaciones. La jurídica, en la que pareciera que hay un poco más debate por como fueron las cosas. Yo creo que hay que dejar que las cosas descansen, vamos a esperar a que pase el 29 (de octubre) en cuanto a la admisión y veremos cuál es la decisión del TC. Pero tampoco estoy ciega para no darme cuenta de lo que se llama la realidad de los hechos. La realidad de los hechos es que la fuerza se ha impuesto (...). Espero que el TC diga una palabra aunque tardía. Es muy importante dejar por sentado el precedente de que lo que ocurrió no estuvo bien. Esa es mi posición. Y si el Tribunal dijera lo contrario, a pesar de que estaría en desacuerdo y podría discrepar, tendríamos que aceptarlo.

¿Cree que el calificativo de obstruccionista para el Congreso tenía fundamento? 

Creo que, en líneas generales, la actuación de Fuerza Popular ha sido negativa. En el sentido que fue tremendamente drástica la primera etapa con Kuczynski, reflejando una actitud reactiva, no entendiendo la realidad de los resultados de la contienda electoral. Evidentemente, llevar eso al extremo de la vacancia fue un gravísimo error. Y en la siguiente etapa, ha habido acciones y reacciones.

Dijo que reconocía a Pedro Olaechea como presidente del Congreso, ¿aún cree que lo es? 

Bueno, es el presidente de la Comisión Permanente y en ese sentido representa al Poder Legislativo en las limitadísimas funciones que la Constitución le asigna a la Comisión Permanente durante la etapa de disolución. Finalmente, es el hombre que representa al Poder Legislativo muy disminuido en sus funciones como consecuencia de una inconstitucional disolución.

Al presidente Vizcarra se la ha denominado dictador, autócrata, por las acciones que hizo, ¿usted como lo define?

No creo que los adjetivos sean los que determinen los hechos. Creo que ha cometido un acto inconstitucional y un error político, aunque reciba el aval y el aplauso de todo el mundo. Está en una etapa de poder en que tiene todas las potestades sin prácticamente un control real. De modo que es un gobernante que concentra una cantidad de poder, que no es la deseable en democracia. Pese al lenguaje diplomático, la Comisión de Venecia ha dicho una cosa que es cierta: no es propio hacer cuestión de confianza de una reforma constitucional, sobre todo porque puede producirse una ruptura del equilibrio de poderes. En este momento, hay una clarísima ruptura de poderes. Hay un muñón de Poder Legislativo concentrado en la Comisión Permanente, que es en los hechos una casi mesa de partes de los decretos de urgencia que el Gobierno dicte, y una potestad enorme en el Poder Ejecutivo. Cuatro meses sin ese control es mucho poder para un gobernante, que, además, está demostrando que le gusta el aplauso popular. Dependerá mucho de cuánta fiscalización haga la prensa, las fuerzas políticas que están en campaña ejerzan, pero es mucho poder por cuatro meses para un gobernante.

¿Este tiempo será clave para identificar si el Presidente tiene o no un rumbo claro para el país? 

Es la responsabilidad que asumió para la decisión de la envergadura que ha tomado, que es quedarse solo en el poder y decir "todo me sobraba", "yo no podía gobernar porque me estorbaban". Muy bien, señor, está solo en la cancha, a ver qué cosa hace. Y luego qué capacidad de gestión real tiene un equipo que se ha armado en una circunstancia especial. Yo deseo que lo haga.

El TC acordó -por mayoría- no incorporar al Gonzalo Ortiz de Zevallos a esta institución, ¿cuestiona esta decisión? 

No estoy de acuerdo con la mayoría, sino que estoy de acuerdo con el voto de (José Luis) Sardón y (Augusto) Ferrero, pero la respeto. Ha sido una decisión institucional. También creo que es un tema que en algún momento tendría que revertirse, porque, en mi concepto, el Parlamento designó correctamente al magistrado.

¿Existe un adelanto de opinión por parte del magistrado Carlos Ramos, a quien se designó como ponente en la demanda competencial de Pedro Olaechea? 

Fue un poco locuaz sí, habló más de lo debido. Ahora ha dicho que eso fue una posición hipotética. Esperemos su ponencia, pero su ponencia será eso y hay siete magistrados que tienen que votar. Lo que interesa es el voto de cada uno.

Si la lectura del TC es que el proceso para elegir a Ortiz de Zevallos en el Congreso fue incompleto, ¿se deja sin fundamento la denegación fáctica? 

Por supuesto que sí. Esa es una contradicción de fondo, la razón por la que se disolvió el Congreso es porque se "denegó fácticamente", y resulta que los hechos aún no están concluidos. Por supuesto que es una clarísima contradicción, claro que sí.

En su momento, el PPC tuvo una alianza con el APRA, ¿fue una decisión equivocada? 

Yo fui la principal impulsora de esa idea, que evidentemente tuvo un mal resultado electoral, de modo que aunque yo creyera en ella, evidentemente no fue una buena decisión juzgando por el resultado de no haber logrado traer al electorado pepecista, porque fue crítico y eso en política tiene consecuencias. Al día siguiente de las elecciones escribí una carta en la que consideré, y considero, que mi vida política había tenido un ciclo maravilloso, y que mi deber era el que estoy ahora, apuntalar la reinscripción, el reordenamiento institucionalidad del partido y ahora miro con ilusión el papel que otra generación puede cumplir.

¿Fue un error? 

Los resultados demuestran que no fue una buena decisión, y soy la única responsable de ello. Es un tiempo nuevo, hay una generación nueva. Hay gente que quiere servir al país, creo que la hay para el 20 y la habrá para el 21. Para mí hay dos objetivos claros: uno, un parlamento que siempre sea un control del poder sin obstrucción, y ese es un valor que hay que señalar. No se puede permitir un poder Ejecutivo con todos los poderes porque eso solo conduce al abuso, hay que forjar un nuevo Parlamento que sea un contrapeso. En segundo lugar, hay que comprometernos a defender lo que nos ha permitido llegar hasta aquí, el proceso de modernización del Perú no está concluido".

"Harán aparecer viejas glorias"

¿Estaría de acuerdo con que los miembros de este Congreso disuelto postulen? 

En mi concepto, la prohibición de reelección no está vigente. La única norma vigente dice: "Para el período siguiente", y ese es el 2021. Así que yo creo que algunos se van a presentar y el JNE debiera admitirlo, pero finalmente será el Jurado el que diga su palabra. Ahora, ya políticamente, cada partido tendrá que medir si conviene o no conviene rellenar su lista de parlamentarios tan cuestionados, pero algunos podrán dar la batalla.

Porque se exponen a este descontento por parte de la ciudadanía... 

Nuestra lista está encabezada por el presidente del partido, Alberto Beingolea. La secretaria general, Marisol Pérez Tello, está en ese esfuerzo de convocar a gente joven, nuestra o ajena, valiosa, que le dé ese refresco a la política. Puedo decirle con humildad, pero con mucho compromiso al país: no hemos estado en este conflicto, bríndennos la oportunidad de ser una fuerza seria, crítica cuando hay que serlo, propositiva siempre, pero bríndennos la oportunidad de salir a defender el equilibrio de poderes y un modelo económico que puede perfeccionarse, pero no traerse abajo.

Este nuevo Congreso tendrá nuevos rostros; sin embargo, también es importante la experiencia.

Calculo que algunas fuerzas políticas harán aparecer algunas viejas glorias de la "canción criolla", y no está mal.

¿No estaría interesada en postular? 

No, en lo más mínimo. Te he dicho que escribí una carta en el 2016, viendo que hay un ciclo político en mi vida cumplido, lo cual no significa que no esté; desde atrás apoyaré y haré todo lo que esté en mis manos. Pero no, no es el caso nuestro, aunque hemos tratado de persuadir a algunas personas mayores; por ejemplo, a nosotros nos parecía muy importante que Javier Bedoya de Vivanco esté con nosotros. Javier ha tomado su propia decisión, pero sí está Javier Bedoya Denegri, su hijo.

Me ha dicho "no" al 2020, pero ¿al 2021?

Menos. Estás hablando con una persona que entró a la vida política a los 18, que acaba de cumplir 60; 42 años de vida dedicada a la vida política, feliz -si volviera a nacer, haría lo mismo-, pero que comprende perfectamente que en esto, como en todo en la vida, hay ciclos.

¿Cómo están los cronogramas para definir a los candidatos? 

Esa es una responsabilidad que conduce el presidente y la secretaria general, pero la directiva actual del partido está trabajando con la mayor rapidez posible y con el sentido de responsabilidad, porque se trata de ofrecer un grupo humano bueno. Otros se guardarán para la elección del 21, y está bien. Tenemos muy claras las ideas. No estamos yendo a la elección presidencial y no somos oficialistas, de modo que el del PPC será un papel de contrapeso serio y un balance muy importante. La gente debe saber que los actores del PPC no van a ser un "sí señor" del Gobierno. Van a ser un contrapeso serio y responsable, no obstruccionista.

Perfil 

Lourdes Flores, expresidenta del PPC

Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú, con una maestría en Política Jurisdiccional.

Fue regidora, diputada y congresista entre los años 1990 y 2000.

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