"Lo que más le preocupa a Ollanta, antes que su propia situación, son sus hijos, y el tema de la seguridad de su esposa", cuenta a este diario Ulises Humala Tasso, hermano mayor del expresidente, quien el sábado 21 de octubre cumplió 100 días en prisión, igual que Nadine Heredia, su esposa.
Cuando un presidente gana las elecciones, se trazan muchos planes y se generan expectativas por lo que hará en sus primeros 100 días de gestión. Se considera, políticamente, un periodo clave.
¿Cuánto pesa este mismo lapso en una reclusión? ¿Cuánto puede golpear a dos personajes que dejaron los privilegios del poder y la comodidad de Palacio? ¿Cuánto puede alterar el estado de ánimo, la relación con el entorno, la situación de los hijos?
Esta crónica intenta describir la situación por la que pasan Humala y Heredia a partir del testimonio de las personas amigas y cercanas que los han visitado.
El hermano
Ulises estuvo con su hermano el domingo pasado, de visita en la prisión presidencial de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes) de la Policía. Pasaron una tarde rutinaria, conversaron, analizaron la situación política y compartieron una comida y alguna bebida.Por formación militar, el comandante Humala no está habituado a una vida sedentaria como la que lleva ahora. No ha podido evitar subir de peso, aun con ejercicios físicos en el patio de su celda: planchas, ranas, trote, entre otros. No tiene una máquina de gimnasio, debido al espacio.
Tiene un televisor, una radio, un equipo de sonido, acceso a diarios, revistas y un teléfono fijo. No le gusta ver la televisión local. Ha empezado a leer con más frecuencia que antes. Literatura, filosofía, política, expedientes judiciales. Usa su televisor para ver películas.
"Escucha música, sobre todo instrumental y clásica. No es un hotel de cinco estrellas, por si acaso. Dos estrellas, tal vez", agrega Ulises.
"Su habitación tiene baño, un patio pequeño con un jardincito acondicionado recientemente, una especie de oficina, un escritorio, con cocina. Allí toma sus alimentos", relata Ulises.
Cocinar no es el punto fuerte de Ollanta. Recibe su desayuno, almuerzo y cena de la administración del penal, y de su familia los fines de semana. Suele prepararse bocadillos sencillos, como un pan con mantequilla, un café.
"Es un militar austero. No es de antojos, come lo que le mandan, lo que le cocinan en casa. La vez pasada comió arroz con lentejitas. No acostumbra pedir a la visita que le traigan algo", señala.
El último domingo, Ulises lo vio invertir gran parte de su tiempo en la preparación de su defensa y la coordinación con sus abogados Julio César Espinoza y Alberto Otárola.
El exgobernante dispone de unos pocos minutos al día para hablar con sus hijos por teléfono. Puede reunirse en la Diroes con el pequeño Samín (7), Nayra (13) e Illary (15) por cuatro horas a la semana.
"Hay un sentimiento de culpa de las niñas. Creen que su viaje a Estados Unidos gatilló el arresto de sus padres. Hay una familia resquebrajada, que siente la ausencia de los dos padres. La justicia le quitó a esa familia a sus dos padres", señala Ulises apesadumbrado.
En general, Ollanta soporta bien la prisión, aunque el impacto inicial no cesa, añade.
"Me imagino que le tomará algún tiempo resignarse o aceptar esta situación de prisión. Sus hijos son pequeñísimos, sobre todo Samín. Esa ausencia no se puede vivir bien. Recibe a los chicos los fines de semana, pero no es lo mismo que compartir el día a día. Es doloroso para él. Pero al mismo tiempo sabe que esa situación debe cambiar. Dentro de este contexto, su salud física está bien", agrega.
La celda de Humala se ubica a espaldas del área que recluye a Fujimori. Unos 40 metros de distancia los separan. No hay contacto visual entre ellos. Que se sepa, ni Humala ni Fujimori han expresado el deseo de tener contacto personal, confirma Ulises. No sé si ha vuelto a reunirse con Kenji, detalla.
Nadine, la otra parte
La situación de Nadine es otra de sus angustias, refiere Ulises. La ex primera dama está recluida desde el 14 de julio en el Penal Anexo de Mujeres de Chorrillos, un presidio de máxima seguridad, construido en 1992 para cabecillas terroristas.El establecimiento tiene tres pabellones ocupados hoy por reclusas involucradas en tráfico de drogas. Nadine permanece en un área aislada llamada Prevención. En la mañana del 14 de julio, fueron desalojadas de dicha zona las "burriers" que la ocupaban. Cuando Nadine llegó aquí por la tarde, aún olía a pintura fresca y las baldosas a detergente. No hallaron en todo el sistema carcelario otro sitio mejor para darle seguridad a la esposa de un expresidente y una lideresa política.
"Siempre puede pasarle algo. Siempre queda esa sensación de que le puede pasar algo. Su régimen carcelario es más duro", reseña Ulises.
Sin embargo, el abogado Julio César Espinoza considera que más preocupante que la seguridad física de Nadine es el rigor del régimen penitenciario.
"El régimen de Nadine es especial cerrado. Implica un mayor rigor que cualquier otro penal común. Las visitas de sus hijos son cada quince días y por cuatro horas. Esto es para nosotros bastante severo tratándose de una persona que, en principio, está sufriendo solo una medida cautelar y no ha sido condenada. Y la presunción de inocencia se impone, pero el régimen es el mismo que se aplica a alguien que ha sido condenado. Es excesivo, severo. Más aún cuando también su esposo está en la misma condición", explica.
Agrega: "Las horas que tiene de salida al patio son muy estrictas, con muchas limitaciones. Solo tiene la posibilidad de comunicarse por teléfono público cinco minutos al día con sus hijos y parientes".
"Los rigores de la prisión son nada comparados con el profundo sentimiento de vacío al no tener a los hijos cerca", escribió Nadine Heredia la semana pasada en carta abierta.
Desde el partido
Cynthya Montes, integrante del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Nacionalista, y exjefa de prensa de Palacio, rehusó entrar en consideraciones de carácter humano para esta nota. Hizo una suerte de pronunciamiento político."Creo poco probable que alguien que no sea ninguno de los dos (protagonistas de la nota) pueda resolver alguna de esas preguntas. Y lo que me pueda haber manifestado alguno de los dos no tiene como finalidad su difusión, respondió a Correo.
"En todo caso, te puedo comentar lo que creo sobre la prisión preventiva. Fue un error de la justicia, que están a tiempo de corregir. Se ha visto a lo largo de estos meses que los casos de entrega de dinero por parte de las empresas brasileñas tienen un patrón. Y el único caso que difiere del caso de Toledo y García, e incluso del caso de aportes al fujimorismo, es el del Partido Nacionalista o sus líderes. Por eso esperamos que se admita la casación", afirma.
Sobre cómo observó a Ollanta, responde: "Lo veo tranquilo, subido un poco de peso, confiado en que la justicia le dé, finalmente, la razón".
Se refiere al recurso de casación que su defensa presentó para revocar la prisión preventiva.
En opinión de Santiago Gastañadui, amigo de la ex "pareja presidencial" y excongresista, la política se ha ido judicializando en el país.
Asegura que el objetivo de la clase política contra Humala es la inhabilitación política con miras a eliminar adversarios electorales en el futuro.
"Sobre todo el fujimorismo. Cómo presiona constantemente a las instituciones para sacar a personajes que le son incómodos, que pueden ser competencia en las próximas elecciones. Por eso, ellos también usan las comisiones investigadoras para arrinconar al expresidente (Humala) para, tarde o temprano, lograr una inhabibiltación", comenta Gasañadui para este diario.
El 4 de agosto de 2017, la Segunda Sala Penal de Apelaciones rechazó el recurso presentado por el exmandatarioy su esposa para dejar sin efecto la orden de 18 meses de prisión preventiva para ellos. Dispuso que ambos deben afrontar el proceso en prisión.
El 18 de agosto, Julio Espinoza, abogado del expresidente Ollanta Humala, presentó ante la Corte Suprema un recurso de casación con la finalidad de revocar la prisión preventiva.
La Primera Sala Penal Transitoria evalúa el recurso. El pronunciamiento no se prevé para este año, por lo cual es altamente probable que los Humala pasen la Navidad en prisión.