Minucioso y claro como en sus relatos y ensayos, Mario Vargas Llosa instruyó a su familia y dispuso el tipo de funeral, el tratamiento de sus restos; un limitado grupo de amigos: todo en una discreta intimidad.
La discreción y reserva del Nobel peruano guardan relación con el de otro latinoamericano universal, Jorge Luis Borges, fallecido el 14 de junio de 1986.
El poeta, ensayista y narrador argentino, presintiendo la vorágine política que suscitaría su muerte, se fue de Buenos Aires para morir discretamente en Ginebra.
A diferencia de nuestro premio Nobel, Borges dispuso ser inhumado en un cementerio; no quiso ser incinerado.
En contraste, el mexicano Octavio Paz, también Nobel, poeta y ensayista brillante, muerto el 19 de abril de 1998, optó por la cremación de sus restos.
Y el gran autor de Cien Años de Soledad, Gabriel García Márquez, otro Nobel, se inclinó por la urna de cenizas.
Llamado Gabo por sus amigos, García Márquez murió el 17 de abril de 2014 en su residencia en la Ciudad de México, Distrito Federal.
En cuanto a discreción y privacidad en sus funerales, convergen Mario Vargas Llosa y Jorge Luis Borges.
No obstante, García Márquez en vida, y su familia, no se opusieron a unos funerales públicos y de gran resonancia.
Tres días después de su cremación, recibió un gran homenaje del gobierno mexicano con el presidente Enrique Peña Nieto y el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, a la cabeza, en el Palacio de Bellas Artes. Personalidades de la cultura de diversos países acompañaron la ceremonia.
Horas después, miles de ciudadanos desfilaron para despedirlo en el Instituto Nacional de Bellas Artes.
En el caso de Octavio Paz, el único acto público que consintió la familia fue el velatorio en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana. Allí acudió también el presidente de entonces, Ernesto Zedillo. Luego fue llevado al crematorio.
Como pude verse, a excepción de Borges, Vargas Llosa, García Márquez y Paz murieron en abril.
CREMACIÓN
De acuerdo con su voluntad, los restos mortales del escritor peruano han sido cremados hacia el anochecer.
Los funerales serán en estricto privado, tal como anunció temprano Álvaro Vargas llosa, hijo mayor de Mario.
Durante gran parte del día de ayer, la familia hizo un velatorio privado en su residencia en Barranco, al que concurrieron familiares y amigos cercanos.
Pasado el mediodía, a este lugar arribó una comitiva de ministros liderada por la presidenta Boluarte. Fueron recibidos por Álvaro Vargas Llosa. Hubo un abrazo entre ambos. Poco después la comitiva se retiró del lugar sin prestar declaraciones a la prensa.
Temprano, Álvaro Vargas Llosa habló brevemente con la prensa: “No tengo otra cosa que decir que Perú ha perdido a uno de sus mejores hombres y nosotros a un ser infinitamente querido que vamos a echar de menos”, dijo.
Y rogó a los reporteros permitir que la familia lleve su duelo con la discreción que deseaba su padre.
A primera hora, el Gobierno decretó como Día de Duelo Nacional el lunes, en homenaje al escritor peruano más prestigioso en el mundo.
El Ejecutivo dispuso mediante Decreto el izamiento del Pabellón Nacional a media asta en el frontis de Palacio de Gobierno y todos los edificios públicos, bases militares, dependencias policiales y representaciones diplomáticas del Perú en el exterior.
El pabellón nacional fue izado a media asta en el Palacio Legislativo, en la Municipalidad Metropolitana de Lima, Palacio de Justicia, entre otras entidades.
Hoy se sabrá qué tiene previsto hacer la familia con las cenizas del gran escritor.