Salas deja Procuraduría bajo manto de sospechas
Salas deja Procuraduría bajo manto de sospechas

“Martín Belaunde Lossio no puede ser colaborador eficaz; por las imputaciones en su contra, no le correspondería”. Esta habría sido la frase que le costó el cargo a quien hasta el último viernes se desempeñaba como procurador anticorrupción, el abogado Christian Salas Beteta.

A través de una resolución publicada ayer en las Normas Legales del diario oficial El Peruano, se aceptó la renuncia de Salas.

La parte considerativa de la resolución suprema señala que el referido funcionario presentó su carta de renuncia el pasado 27 de octubre y que fue el Consejo de Defensa Jurídica del Estado el que propuso aceptar su solicitud.

No obstante, esta dimisión sería la conclusión de una situación de tira y afloja entre Salas y el ministro de Justicia, Daniel Figallo, que finalmente terminó por explotar con el tema de Martín Belaunde Lossio.

MARGARITAS A vOLAR

Dos fuentes del Ministerio de Justicia confirmaron que, en efecto, Salas Beteta habría presentado su carta de renuncia el pasado 27 de octubre.

Sin embargo, Figallo habría firmado y aceptado dicha dimisión el último jueves ante una discrepancia con el entonces procurador sobre la posibilidad de que el prófugo Belaunde Lossio pueda convertirse en colaborador eficaz.

Según fuentes de Correo, el Gobierno había llamado más de una vez la atención a Figallo por las declaraciones que daba Salas, que se había mostrado independiente.

Pero la gota que rebalsó el vaso habrían sido las últimas declaraciones de Salas, en las que rechazaba la posibilidad de que Belaunde Lossio se convierta en colaborador eficaz y evite así la prisión. Esta bola mediática fue iniciada el domingo 23 por el fiscal de la Nación, Carlos Ramos Heredia, quien deslizó este beneficio para Belaunde.

Desde entonces, todo funcionario oficialista se aunó a esta hipótesis.

No obstante, Salas salió al frente en la mañana del martes 25 de noviembre para asegurar que, “por ley”, una persona como Belaunde, que lidera una organización criminal, no podía acceder a dicho beneficio.

Sin embargo, unas horas más tarde, Figallo -presidente del Consejo Jurídico del Estado- desautorizó públicamente a Salas al dejar abierta la posibilidad de que Belaunde Lossio pueda ser colaborador eficaz.

“Mientras dure la colaboración eficaz y la investigación fiscal, la investigación es reservada, tiene que ser reservada, porque la información está dando sus frutos”, expresó sobre el tema al ser consultado por la prensa.

Después de esto, el Gobierno dio trámite a la carta de renuncia que Salas había presentado semanas atrás.

Es más, el hoy exprocurador parece haberse enterado solo horas antes de publicarse su renuncia.

OFICINA ODIOSA. Salas, quien había puesto énfasis en la lucha anticorrupción en los gobiernos regionales y es uno de los que ha viajado personalmente a evaluar el trabajo de las procuradurías al interior del país, se despidió a través de su cuenta personal en Facebook.

“Hasta hoy me tocó liderar a un grupo valiente y profesional. Al igual que mi antecesor, dejo una institución sólida, reconocida y, sin duda, odiosa, en un contexto adverso. Así debe ser”, escribió.

“Gracias al gran equipo que peleó conmigo, gracias a nuestras familias por su respaldo, gracias a la sociedad por su confianza y gracias a la prensa que siempre me trató con respeto”, agregó.

Trascendió que el voceado para reemplazarlo sería el procurador anticorrupción adjunto, Joel Segura.

BAJO SOSPECHA. Sin embargo, las razones de la salida de Salas dejaron muchas dudas y no pocos temen un blindaje ante la difícil situación judicial de Belaunde Lossio.

El antecesor de Salas, el abogado Julio Arbizu, señaló, por ejemplo, que la salida del abogado del Estado “se presta a suspicacias”. “Es un mal momento si es que podemos encontrarle características simbólicas a su renuncia y a la aceptación de la misma”, precisó.

Por su parte, el exprocurador anticorrupción Yván Montoya dijo sentirse sorprendido por la salida de Salas. “Es sumamente extraña”, declaró.

De igual modo, para el legislador Víctor Andrés García Belaunde, la renuncia de Salas “es una llamada de atención de que algo está fallando en la lucha contra la corrupción”.

Y es que, desde su óptica, “la falta de apoyo del Gobierno y hostilidad” en contra de Salas vinieron tras sus declaraciones sobre el caso Belaunde Lossio.

“No ha tenido el apoyo del Gobierno ni del ministro del sector correspondiente (Daniel Figallo), ni ningún tipo de aliento para trabajar”, sentenció tras agregar que en un gobierno “no podemos despedir a un procurador cuando queramos”.

OTRO BLINDAJE. En ese contexto, cuando la salida de Salas es considerada una respuesta a la independencia que ejercía en la investigación sobre Belaunde Lossio, en el Congreso se buscó otro manto de protección oficialista a Belaunde Lossio.

Y es que llamó la atención que se lanzara la candidatura del prooficialista Yehude Simon a la presidencia de la próxima comisión investigadora sobre los nexos de Belaunde Lossio con entidades gubernamentales.

Fue el vocero de Perú Posible, Rennán Espinoza, quien anunció que Simon competirá con la pepecista Marisol Pérez Tello “porque estamos seguros de que sería un buen conductor de las investigaciones para encontrar la verdad”.

Según Espinoza, la sorpresiva propuesta de su bancada frente al consenso que ya había logrado Pérez Tello, obedece a que Simon “tiene una visión más amplia de cómo se maneja el sector público”.

Sin embargo, para todos es conocido que Simon ha sido siempre un amigo del régimen y hasta se integró a la única bancada aliada de Gana Perú.