Tacna y Arica son dos ciudades fronterizas que, posterior al fallo de la Corte Internacional de Justicia, coincidieron -como casi siempre sucede- en un mismo sentimiento: "el olvido". Pero, además, en la idea de que perdieron en los tribunales. Ninguno de estos dos pueblos se siente favorecido con el resultado obtenido en La Haya. Así están las cosas.

Jaime Machaca es un trabajador del terminal internacional de Tacna. Un día después de conocido el fallo, cuenta: "Hemos sido perjudicados por la sentencia. Es muy doloroso, teníamos la ilusión de ganar más mar y no lo logramos. Siempre nuestra ciudad termina perdiendo", se queja, al pie del terrapuerto, que por esas horas de la mañana luce escaso movimiento.

A diferencia de Lima, donde la sensación de triunfo parece albergar a la mayoría de políticos, en Tacna el pesimismo se incrementa. "El negocio está bajo. Ha reducido el transporte en un 40%. Los chilenos no están viniendo", se lamenta nuevamente el señor Machaca.

No es el único. Elías José Mamani es un taxista. Él hace "cuarenta carreras por día". El lunes 27 solo hizo ocho traslados desde el terminal terrestre al centro de la ciudad. El martes, hasta el mediodía, solo había hecho cuatro. "Estoy a pérdida. Seguro que con los días las cosas volverán a la normalidad, pero este fallo nos hace pensar que Tacna, para el Perú, no significa nada. Nos tienen abandonados. Nos mantenemos porque los chilenos vienen y consumen con el comercio. ¿Cuándo vienen turistas de Lima?", se pregunta.

EL COMERCIO ESQUIVO. El martes 28 en Tacna se veían reducidas las ventas de sus principales tiendas. "Entre ayer y hoy solo he vendido unos S/.500. No están viniendo chilenos. Pero suponemos que los comerciantes no nos vemos tan afectados como los pescadores", reconoce Antonio Chicó, un vendedor de perfumes del mercadillo Bolognesi, cerca al centro histórico.

Si bien el malestar entre los tacneños parece unánime, quienes vieron reducidas sus esperanzas fueron los hombres del mar. El presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales de Morro Sama, David Patiño, dejó en claro que evaluarán la posibilidad de dejar este puerto, ubicado en el kilómetro 69 de la carretera Costanera Tacna-Ilo. Este puerto es el único de la Ciudad Heroica y es uno de los más pobres.

"Morro Sama no tiene nada, pese a ser el único puerto de Tacna. El presidente Humala vino en diciembre y nos prometió ayuda, pero hasta ahora no tenemos nada. Encima no ganamos en La Haya. Quizá 'como Perú' ganamos, pero para Tacna todo sigue igual. Solo tenemos 20 millas de mar y otra zona de costa seca", afirma Patiño.

Morro Sama es un pueblo de pescadores con 120 familias dedicadas al mar y 300 embarcaciones. Es un lugar pobre. Sin agua ni desagüe. Sin comisaría y sin posta médica. Las distancias entre Tacna y este puerto es de dos horas en transporte interprovincial. Es una ciudad incomunicada. Ni Internet tienen.

ARICA TAMBIÉN 'PITEA'. Entre los pescadores detenidos en mar chileno se encuentran nueve compatriotas. Entre ellos está Amir Cruz, quien habita un colegio público de Arica. El permanece retenido en Chile desde diciembre pasado. "A nosotros nos atraparon en la zona de litigio que antes le pertenecía a Chile y hoy es de Perú. Esperamos que las autoridades peruanas y chilenas tengan en cuenta esto y nos dejen libres. Queremos volver a Tacna e Ilo, donde pertenecemos", explica.

Entre los pescadores retenidos en Arica se encuentran Daniel Rodríguez Yauri, Modesto Morvelí Molina, Oscar Quilles Apasa, Francisca Mamani y Carlos Cornejo Mío. Este último, el lunes 27, llegó al puerto artesanal de pescadores de Arica con una bandera peruana y se acercó a darle la mano a los pescadores chilenos, quienes lo llamaban "mi hermano peruano". Todo esto, antes de que sintieran que el fallo les era adverso y comenzaran a insultar a otros compatriotas que paseaban por las calles. El grupo de pescadores peruanos retenidos en Arica antes eran veintidós. Trece huyeron a Moquegua e Ilo: "Se escaparon a la mala. Estábamos en un ambiente del colegio Eduardo Frei de Arica. Allí los pescadores chilenos nos trasladaron para estar más cómodos. Antes estábamos en su puerto. Cuando nos trajeron acá, un grupo de peruanos huyó. Nos dijeron que tenían que seguir trabajando y volvieron sin pagar sus multas ni sacar sus embarcaciones", cuenta Amir Cruz, quien espera volver a su casa en Tacna y estar pronto junto a sus hijas y esposa.

Pese a los disturbios pos-LaHaya, con las horas la indignación cesó y pasó a la calma. Los pescadores peruanos volvieron a apoyar a sus pares chilenos y ganarse unos cuantos pesos. Ellos no pueden ingresar al mar, pero sí limpian, tejen redes, o trasladan mercadería de puesto en puesto en el terminal pesquero.

ATADOS A UN SENTIMIENTO. Si Tacna es para el Perú la Ciudad Heroica, Arica es para Chile la Ciudad de la Lealtad. Ambos apelativos en referencia a la Guerra del Pacífico. Los ariqueños se sienten alejados de la realidad chilena. Según testimonios recogido por Correo Semanal, todos los entrevistados coincidieron en que Arica "es la última ciudad de Chile". Y no lo dicen por una referencia topográfica.

Viviana Soto es una pescadora de la Asociación de pescadores artesanales de Arica. Ella afirma: "Nos tienen en abandono. Tenemos 41 años en el olvido. Hace 20 hemos pedido al Gobierno que modernice nuestro puerto, pero no lo hacen", responde mientras marcha haciendo sonar una cacerola por la calle peatonal 21 de Mayo, Arturo Pratt, San Marcos y llegar hasta la Intendencia de Arica, donde los pescadores lanzaron piedras y hubo detenidos.

¿Por qué se sienten olvidados? "Porque Chile acaba en Iquique. En adelante no existimos", dice Patricio Larama, otro molesto pescador. Sin embargo, después de la indignación vino la calma. El martes 28 los pescadores de Arica siguieron con su rutina diaria. El miércoles 29 tenían programada una reunión con el Gobierno para determinar los pasos a seguir y la indemnización que ellos exigen por sentirse afectados.

"Hemos perdido, la zona que hoy es de Perú es rica en anchoveta, en pericos y se verá afectada el 35% de nuestra pesca", insiste Sergio Guerrero, presidente del Sindicato de Pescadores. Pese a que las voces al interior del Gobierno intentaron absolver sus dudas, se mantenía la sensación generalizada de haber perdido mar. "Acabó La Haya. Ahora todos se irán a sus casas y Arica volverá a estar abandonada. Nadie se acordará de nosotros hasta que vuelva a ocurrir algo trascendental", dice Alfonso Navarro, otro pescador.

No hay duda. Tacna y Arica parecen geográficamente una misma ciudad. Si hasta el desencanto pos-La Haya es compartido. Fotos: Giuliano Buiklece (Enviado especial Tacna-Arica)