Imagen
Imagen

Las escenas que se vivieron ayer en la Plaza de Armas de la Ciudad Blanca trajeron a la memoria el denominado “Arequipazo”, oscuro episodio que dejó dos muertos y cientos de heridos en junio de 2002 durante la gestión presidencial de .

La densa humareda de los gases lacrimógenos y las innumerables piedras que permanecían sobre el asfalto, registrados por los medios de comunicación, indicaban que las protestas en contra del proyecto minero  en Islay alcanzaban ribetes insospechados.

Los 54 días de protesta indefinida, según diversos legisladores de oposición, demuestran que el asunto se le escapó de las manos al presidente .

Los focos de enfrentamiento en los distritos de Cocachacra y Majes alcanzaron incluso la Plaza de Armas de Arequipa, dejando severas heridas entre los pobladores.

Más de 36 heridos -entre policías (22), periodistas y manifestantes- y cuatro detenidos es el saldo que al cierre de esta edición dejó la jornada de protesta.

CHOQUES. Al promediar las 12.30 de la tarde de ayer se inició el primer enfrentamiento en el corazón de la Ciudad Blanca. Las vías de ingreso a La Joya habían sido bloqueadas, donde alrededor de 200 vehículos permanecían varados desde tempranas horas de la mañana.

Aproximadamente 800 manifestantes, repartidos en grupos de 200 y 150 personas, arrasaron con todo lo que vieron a su paso. La mayoría de antimineros tenían los rostros cubiertos. Trabajadores de Construcción Civil, armados con palos y piedras, rompieron ventanas de casas y locales públicos y privados. Las sedes de Radio Exitosa y La Karibeña, ubicadas en la avenida La Paz, no se libraron de la turba que iba armada con dinamita.

La Policía no evitó que llegaran a la Plaza de Armas. A su paso por el puente Grau, la turba agredió a periodistas, mientras que estudiantes de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) pernoctaron en los locales universitarios y, desde la madrugada, reiniciaron la medida de protesta bloqueando con piedras y cilindros de metal las avenidas Independencia y La Salle, y la calle Paucarpata.

Cuatro de siete jóvenes universitarios que se vieron afectados por las bombas lacrimógenas fueron evacuados por la Cruz Roja a establecimientos de salud de la ciudad. Se reportaron ocho policías heridos.

La Policía detuvo a cinco manifestantes: Julio César Haroll, Juan Díaz Rondán (22), Quispe Usca Hilario (75), Adolfo Sotelo Zambrano (58) y Edgar Salinas Huanca (20), quienes fueron trasladados hasta el área de Seguridad del Estado para que se les abra una investigación preliminar. Se supo que los detenidos provendrían de la ciudades de Trujillo, Cusco y Moquegua.

COCACHACRA. En esta localidad se registraron cuatro agentes y cuatro civiles heridos. Alrededor de 30 policías rodearon la zona desde las 9.00 horas. El alcalde provincial Manuel Becerra Vílchez y un representante de los ronderos de Cajamarca llegaron a Cocachacra al mediodía para reunirse con las autoridades de la provincia de Islay.

El alcalde de Arequipa, Alfredo Zegarra, se sumó a los pobladores del Valle de Tambo. Se reunieron con el alcalde provincial de Islay, Richard Ale Cruz; el alcalde de la Punta de Bombón, José Ramos Carrera; el presidente de la Junta de Usuarios de Cocachacra, Jesús Cornejo; y la presidenta de la Junta de Usuarios de Ensenada Mejía Mollendo, Mary Luzmila Marroquín.

Al promediar las 14.00 horas, 200 efectivos policiales se enfrentaron a 500 pobladores que armados con huaracas, botellas, palos y piedras los hicieron retroceder. Tres helicópteros sobrevolaban la zona, mientras los policías dentro de dos tanquetas lanzaban bombas lacrimógenas.

El suboficial de tercera Cristian Castro Muzurrieta (21) fue trasladado en emergencia desde Cocachacra hasta el Hospital Nacional de EsSalud, en Arequipa, luego de ser golpeado por una turba durante los disturbios cerca al puente de Pampa Blanca, en Islay. Presentaba fractura en el brazo y pierna derechos, y en la cadera, así como fractura en la mandíbula y una herida en la laringe. Otros dos suboficiales más pasaron por lo mismo. Al cierre de esta edición, ocho suboficiales permanecen en shock.

El enfrentamiento terminó cerca de las seis de la tarde.

MAJES. Desde el mediodía, más mil pobladores de Majes y La Joya acataron el paro y marcharon hasta el Alto Siguas dejando un saldo de nueve heridos entre civiles y periodistas.

Alrededor de 500 policías llegaron a la zona para dispersar a la turba con bombas lacrimógenas. El agente PNP Edwin Chara Rodríguez fue rodeado en la zona de Pedregal por unos 100 manifestantes que le quitaron su arma de reglamento -un fusil AKM- y arremetieron a patadas, palos y golpes. El brigadier PNP Chara fue conducido al hospital central de Majes y, por la gravedad de sus lesiones, requirió su traslado a una hospital especializado.

Miembros del Sindicato de Trabajadores de Construcción Civl agredieron al periodista Alfredo Zavala Becerra mientras grababa a un herido que pedía ayuda. Los heridos fueron identificados como Eduardo Ahumada Mamani (32), Uriel Mendoza Chuquihuanca (23), Carlos Chara Flores (41) y Jaime Alejandro Berrios Quispe (43), Elvis León Coaquira (16), Elmor Rivera Medina y otra mujer de prensa Victoria Bazán Cosi, además de un menor de 16 años de iniciales S.S.

CONGRESO. El debate por Tía María llegó hasta el hemiciclo del Parlamento y se tornó tan acalorado que el legislador (AP-FA) fue el primero en exigir la presencia del premier . En señal de protesta, Manuel Dammert colocó una bandera del Perú sobre su escaño y anunció que no se movería de su sitio hasta que el Premier y la ministra de Energía y Minas, Rosa María Ortiz, acudan al Parlamento para rendir explicaciones por el conflicto en Arequipa.

“Vamos, defiendan la bandera, defiendan la democracia, no se manchen de sangre”, vociferó Manuel Dammert en medio del desorden y el caos en el hemiciclo, razones que obligaron a la presidenta del Congreso, Ana María Solórzano, a suspender el debate al promediar las 23 horas.

El pedido para que los ministros de Estado acudan al Congreso provino de las bancadas de Dignidad y Democracia, Fuerza Popular, el APRA y el PPC, lo cual obligó, en medio del receso parlamentario, a que el presidente Ollanta Humala se reuniera de urgencia con algunos de los miembros de su gabinete.

El titular del Interior, , también fue requerido para que dé respuestas al problema. Por otra parte, , llamó a Junta de Portavoces para llegar a un acuerdo y proseguir con la agenda parlamentaria. Fuentes de este Diario indicaron que durante esa reunión se acordó que Pedro Cateriano, José Luis Pérez Guadalupe y Rosa María Ortíz acudan en los próximos días al Palacio Legislativo a fin de no agudizar la tensa situación política que se vive en torno a las protestas por Tía María.