Hay temas musicales que a uno lo dibujan tal cual y otros que interpretan con exactitud nuestras emociones. Con ustedes, las canciones que sintonizan con la personalidad y ajetreos de los principales candidatos a la Presidencia de la República. Música maestro.
1- Para Keiko Fujimori, “Mi viejo”, porque, seamos honestos, sus votos no son ganados sino heredados. Y sigue con la perorata: “Es un buen tipo mi viejo, que anda solo y esperando (en la DIROES)”.
2- Para PPK, “Caballo viejo”, “porque está viejo y cansado”, pero él sigue firme en campaña, porque “el potro da tiempo al tiempo, porque le sobra la edad. Caballo viejo no puede perder la flor que le dan, porque después de esta vida no hay otra oportunidad”.
3- Para César Acuña, el magnate de las universidades que promete plata como cancha: “El premio mayor” de Laura León, pues nos recuerda a Huicho Domínguez, el millonario más huachafo de las telenovelas.
4- Para la alianza Alan García - Lourdes Flores, una criollada que bien podría cantarle ella a él: “Déjalos, que aunque todos te censuren, yo te quiero. Déjalos, que critiquen y murmuren no me importa”.
5- Para Julio Guzmán, el candidato que se computa el chibolo entre los dinosaurios, el reggaetón “Adicto a tus redes”, porque su campaña tiene más éxito en las redes sociales que en las encuestas. “Sé que estás pendiente a mí por las veces que me das like… Tú me has convertido a mí en adicto a todas tus redes”.
6- Para la dupla de Daniel Urresti y Susana Villarán, la clásica “Susana, estoy loco por tu amor”, porque lo cierto es que esa unión sorprendió (y hasta indignó) a propios y ajenos. Una cosa de locos.
7- Para Alejandro Toledo, obligatoriamente “Cholo soy y no me compadezcas”. Porque, como dice la canción, “nosotros los cholos no pedimos nada, pues faltando todo, todo nos alcanza”. Lo curioso es que a él y a su familia todo les alcanza para comprar casas y oficinas.
8- Y para Verónika Mendoza y el resto de candidatos, el tema ochentero de Los Prisioneros “El baile de los que sobran”, porque a la fecha suman tan poco, que bien podrían cantar: “Nadie nos va a echar de más, nadie nos quiso ayudar de verdad”.