Incondicionales: los hinchas que acompañan a la selección

Más de un estudio ha comprobado que la pasión por el fútbol despierta sentimientos muy parecidos, si no son más fuertes, a los que producen las personas cuando están enamoradas. Por eso, en las buenas y en las malas, estos hinchas han demostrado ser realmente incondicionales. Ahora que estamos rumbo a Rusia 2018, te contamos la historia de estos cinco hinchas:

Adrián Cabrejo

En el 2015, durante la Copa América, no pudo viajar y se quedó picón. Desde ese momento, empezó a mirar el calendario FIFA y decidió destinar el 80% de su sueldo para acompañar a la selección en su camino al Mundial Rusia 2018. Adrián, que ha seguido este proceso desde el inicio, se juró llegar hasta el final y ha viajado a los 9 partidos que Perú jugó en el extranjero durante las eliminatorias. “Estamos desde el principio y hemos visto cómo se ha logrado este éxito gracias al esfuerzo de los jugadores y a que tuvieron una hinchada que nunca los abandonó”, agrega el incondicional.

Adrián en La Bombonera, la noche que Perú sacó un punto valioso ante Argentina. 

Carlos Ortega

La primera vez que vio a la selección fue el 7 de julio de 1996 en un Perú vs Argentina rumbo a Francia 98, él tenía 6 años. Desde ese día no dejó de ver los partidos. En el 2002, recuerda el 2-0 con Uruguay que nos eliminó matemáticamente del Mundial Corea - Japón, ese sería su último partido en el estadio por 9 años. Al poco tiempo se mudó a Tanzania, en ese entonces no había streaming y cuando empezaron las eliminatorias para Alemania 2006, la única manera de seguir a Perú era por Internet pero no en vivo. Luego se fue a vivir a Canadá y fue durante un amistoso en Toronto en el 2010 que se pudo reencontrar con su selección casi una década después. “Mi prioridad siempre ha sido ver a la selección esté donde esté”, menciona Carlos. Desde que regresó a Perú los ha seguido sin falta.

Carlos fue testigo del histórico resultado en el estadio Atahualpa de Quito.

Alex Saavedra

Alex vive en Nueva York desde 1993, pero siempre ha sido un fiel seguidor de la blanquirroja. En el 2012, cuando contrataron a Gareca, empezó a viajar y se dedicó a seguir a la selección. Los ha seguido durante la Copa América, las eliminatorias y hasta los amistosos. Ya son 13 partidos en los que acompaña, y  este duelo frente a Nueva Zelanda será el número 14. El año pasado se fue a vivir a India unos meses, pero la distancia y el cambio de horario no pudieron con su pasión: veía los partidos a las 3 o 5 de la mañana. Alex le tiene tanta fe a la selección que ya tiene comprado su pasaje a Rusia.

Amor sin fronteras. Alex Saavedra viajó hasta Wellington. 

Issa Moret

Esta fanática del fútbol vive en Australia y cuando se enteró que a Perú le tocaba jugar el repechaje en Wellington no dudo en comprar su entrada. Empezó a buscar pasajes, pero eran muy caros. Su amor por la selección es tan incondicional que cuando encontró un pasaje a Auckland (Nueva Zelanda) a mejor precio, lo compró y decidió manejar 8 horas hasta Wellington. Tampoco encontró un lugar donde dormir y terminó en un área de camping. El viaje valió la pena y fue una de las primeras en llegar al estadio. 

Luego de una larga travesía, Issa llega con la bandera al Westpac Stadium. 

Nagyb Torres

Este hincha afirma tranquilamente que está enamorado de su selección. Cuando estaba en el colegio, se escapó para dormir en el Estadio Nacional y poder conseguir una entrada. Ese día, su familia se dio cuenta de que su pasión iba en serio. Desde el 2004, ha ido a todos los partidos que se han jugado en Perú; no ha faltado a ninguno, ni siquiera a los amistosos. Por las eliminatorias, ha viajado a Bolivia, Uruguay, Argentina y Ecuador. "Ya saqué mi pasaje a Rusia porque creo en la selección", cuenta Nagyb. 

Nagyb pertenece desde el 2011 a la barra La Blanquirroja y acompaña a la selección cada vez que puede. 

Tú también demuestra que eres uno de los incondicionales y no te pierdas el último partido del repechaje por la señal de Movistar Deportes (por Movistar TV o Movistar Play, desde el celular, la táblet o la computadora). ¡Alentemos todos juntos a la selección!

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