El humo del cigarro tiene alrededor de 4 mil productos. De ellos, 250 son nocivos y 50 son cancerígenos. Según Devida, cerca de 130 mil niños al año empiezan a fumar, y la edad promedio de inicio es a partir de los 13 años.
“Muchos niños y adolescentes comienzan a fumar creyendo que es un juego entre amigos, pero lo que están haciendo es crear un hábito de adicción que luego no podrán dejar. El cuerpo tarda 15 años en eliminar todos los insumos de un cigarro”, afirma Enrique Ferrer, cirujano torácico de Oncosalud.
El especialista menciona que el tabaco produce intoxicación al organismo y ocasiona la aparición de enfermedades cardiovasculares y cáncer en diversos órganos del cuerpo. La persona que decide dejar de fumar comienza a sentir bienestar el mismo día.
20 minutos después de dejar de fumar: El organismo comienza a mejorar, la presión arterial y el pulso se normalizan.
24 horas después: El monóxido de carbono ha desaparecido y los pulmones empiezan a trabajar para eliminar las partículas acumuladas.
48 horas después: Las terminaciones nerviosas se adaptan a la ausencia de la nicotina y los sentidos del gusto y olfato empiezan a normalizarse.
72 horas después: Aumenta la capacidad pulmonar y la sensación de bienestar, debido a que se inicia el proceso de desinflamación de las vías respiratorias.
2 a 12 semanas después: La circulación y la tolerancia al ejercicio comienzan a mejorar.
2 a 3 meses: Desaparece la tos crónica causada por la inflamación que generó el cigarro.
3 a 6 meses: Se normaliza la capacidad de resistencia a las infecciones respiratorias.
3 a 9 meses después: La función pulmonar aumenta en un 10 % y la dificultad para respirar comienza a disminuir, mientras que va desapareciendo la nicotina ubicada en el cabello.
1 año después: El riesgo de enfermedad cardiaca desciende a la mitad en comparación con un fumador.
10 años después: Desciende a la mitad el riesgo de padecer cáncer de pulmón y disminuye la incidencia en otros cánceres localizados en la boca, garganta, esófago, vejiga, riñón y páncreas.
15 años después: El riesgo de tener una enfermedad cardiaca es igual al de una persona que nunca ha fumado.