Las señales de alertas son los comentarios negativos y frecuentes acerca del físico y mantenerse aislado más de lo habitual.
Las señales de alertas son los comentarios negativos y frecuentes acerca del físico y mantenerse aislado más de lo habitual.

Antes de la pandemia ya era común que durante la adolescencia, los chicos desarrollen algún tipo de trastorno alimenticio, muchos de ellos relacionados con situaciones estresantes, su necesidad de verse ‘perfectos’ o como una reacción ante la manera en que el cuerpo cambia durante la pubertad.

Hoy, en el contexto que vivimos, los niños y adolescentes están más expuestos a sufrir estrés, angustia e incertidumbre debido al cambio obligatorio en sus horarios, costumbres, la forma de relacionarse e incluso de alimentarse. Situaciones que agudizan o pueden ser detonantes en casos de anorexia nerviosa, bulimia y obesidad, tres de los trastornos de conducta alimentaria (TCA) más comunes.Estas enfermedades comprometen el desarrollo normal de los jóvenes debido a cambios en sus hábitos alimenticios y actividades en general, lo que genera, en consecuencia, complicaciones físicas y mentales.

señales. Para la Dra. Stephany Neglia, docente de Nutrición de la Universidad César Vallejo, muchos jovencitos empiezan con una fijación de hacer dietas restrictivas (sin el acompañamiento de un especialista), otros tienen atracones de comida que desencadenan vómitos provocados y luego sufren un fuerte sentimiento de culpa. Otra señal muy común es que el menor busque comer de madrugada y en grandes cantidades de manera frecuente. Tampoco es positivo que un jovencito realice ejercicio físico de manera obsesiva e intensa, haciendo comentarios negativos constantes acerca de su físico, ni que se aísle más de lo habitual y mostrando muchos cambios de humor. Si observa alguna de estas conductas en su hijo, hable con su médico de confianza para un tratamiento y de cómo abordar el tema con el menor.

El desorden alimenticio muchas veces está relacionado a un factor psicológico que debe de tratarse desde casa. “Los padres deben fomentar la autoestima de sus hijos para que descubran sus capacidades y limitaciones, las acepte y aprenda a sentirse bien consigo mismo, y es sumamente importante ayudar a los jóvenes a no condicionar el cuerpo a una cuestión de apariencia si no de salud”, finalizó Neglia.

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