CPR
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Pensamos que las enfermedades cardíacas son exclusivas en adultos mayores, pero el corazón puede presentar fallas a cualquier edad. Si bien a escala mundial es poco común que menores de 35 años sufran de un ataque cardíaco (trastorno que acelera el ritmo de los latidos), una de cada 50 mil muertes súbitas por este problema, al año, ocurren en deportistas jóvenes.

Antecedentes familiares. Según José Drago, médico cardiólogo y presidente de la Sociedad Peruana de Cardiología, el infarto al corazón en jóvenes es más recurrente si algún pariente consanguíneo, como hermano o padre, tuvo un paro o alteración cardiometabólica antes de los 50 años. “En estos casos, los chequeos generales del corazón deben iniciar alrededor de los 20 años, pues por sus antecedentes familiares puede significar que existen altas probabilidades de desarrollar algún problema de este órgano a temprana edad”, informa. Y agrega que existen otras condiciones de riesgo que podrían propiciar el desarrollo de un problema cardiovascular, los cuales son incluso comorbilidades a la covid-19, como la hipertensión, la diabetes, el colesterol elevado o la hiperglicemia.

estilo de vida. Para Cecilia Medina, gerente médico de Sanofi, estas enfermedades son altamente prevenibles porque están directamente relacionadas con el estilo de vida. “Si bien existen casos que se deben a factores hereditarios, la mayoría va a depender de los hábitos de cada persona”, indica. Por ello, recomienda mantener una dieta balanceada (proteínas, grasas y carbohidratos) y que, además, sean ricos en vitaminas y minerales (como las frutas y los vegetales). Evitar el consumo de bebidas azucaradas como gaseosas, jugos artificiales y alcohol. Eliminar el consumo de tabaco, realizar actividad física por lo menos 30 minutos al día, cinco veces a la semana. Jugar, caminar, subir escaleras, bailar, ¡todo cuenta!

señales de alerta. Además de los cuidados preventivos, la especialista indica cómo reconocer los signos de alerta. “La pérdida del conocimiento, sudoración fría, debilidad o fatiga, adormecimiento u hormigueo en los brazos, dificultad para respirar, dolor en el pecho, mandíbula, hombro, espalda, estómago, mareos y náuseas. De esta manera, será posible acudir al médico y recibir diagnóstico y tratamiento oportuno y así evitar complicaciones”, finaliza.

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