Siente que no puede moverse y en ocasiones ¿sus articulaciones se inflaman? Podría estar sufriendo de la gota, un tipo de artritis que puede afectar a personas de cualquier edad, pero en especial a los adultos mayores. Generalmente ataca a las articulaciones periféricas como pies, tobillos, rodillas, muñecas y codos.
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Óscar Chigne Verástegui, reumatólogo de la Clínica Ricardo Palma, explica que esta patología es cuatro veces más frecuente en hombres que en mujeres; sin embargo, en la menopausia, la prevalencia es similar por los ataques repentinos y graves de dolor.
“Una persona puede despertarse en medio de la noche con la sensación de que el dedo gordo del pie está en llamas. Algunas veces también puede ocasionar fiebre”, explica el médico.
SU ORIGEN. Es producida por el incremento de concentración de ácido úrico en la sangre, debido a un desequilibrio entre su producción y eliminación.
El especialista aclara que existen diversos factores de riesgo que desencadenan la enfermedad como la hipertensión, diabetes, hipotiroidismo, dislipidemia, sobrepeso, deshidratación, insuficiencia renal crónica, enfermedades linfo mieloproliferativas. Además, del consumo excesivo de alcohol y el uso de fármacos que alteran los niveles de ácido úrico.
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Chigne indica que la gota no tiene cura, pero se puede tratar con antiinflamatorios, analgésicos y medidas no farmacológicas como reposo y compresas frías en la articulación comprometida.
Meses puede estar un paciente con gota antes de sentir el próximo síntoma.
Acuda a un médico. Si tiene dolor intenso y repentino en una articulación.