Durante esta época del año es común presenciar el aumento de las infecciones respiratorias (resfriados, gripe) y las alergias y, con la aproximación de invierno y sus bajas temperaturas, es importante poder diferenciar apropiadamente los síntomas. De esta forma, se brindará el tratamiento más apropiado a los niños en el hogar y se podrán prevenir contagios o que se exacerben sus alergias.
Para el Dr. Manuel Gutiérrez, director de la carrera de Medicina en la UPC, si bien las infecciones respiratorias suelen ser comunes en las épocas de cambio de clima, no está claro que sea el clima el que las genere. En el caso de las alergias, estas se suelen desarrollar en esta época del año debido a los agentes como el moho y los ácaros que se ven favorecidos por la humedad entre los meses de marzo a noviembre.
Tanto la rinitis alérgica como las infecciones respiratorias comparten síntomas como la congestión y secreción nasal, así como estornudos. Ambas pueden ir acompañadas de tos, aunque ésta es más común en la infección respiratoria. Un diferenciador importante es la presencia de fiebre en el niño, que puede presentarse acompañando a la infección respiratoria. Además, se pueden notar otras diferencias durante el proceso de evolución. Por ejemplo, en las infecciones respiratorias, los síntomas tienen un ciclo, mientras que la sintomatología de la alergia se puede empeorar o desaparecer dependiendo de la exposición del niño a las sustancias que le generaron la alergia.
¿Cuándo acudir con un médico?
El Director de la carrera de Medicina en UPC comenta que una vez empieza la infección respiratoria, ésta va a seguir su curso independientemente de lo que uno haga. Sin embargo, es muy importante mantenerse atento a la posibilidad de un cuadro grave o de alguna complicación para acudir de inmediato a un médico, como por ejemplo si hubiera fiebre de más de 3 días, decaimiento mayor al esperado, dificultad para respirar, respiración ruidosa o rápida.
Con respecto a la rinitis alérgica, es momento de buscar ayuda médica cuando los síntomas se hacen frecuentes o severos y perturban la calidad de vida y bienestar del niño.
¿Qué hacer para prevenirlas?
Una vez que se ha logrado diagnosticar la alergia en el menor, existen tratamientos que puede seguir para controlarla. Gutiérrez comenta que, en el caso de que se trate de una alergia estacional, la prevención juega un papel importante pues se puede iniciar el tratamiento con anticipación para evitar los malestares. También es importante que, si se saben cuáles son los agentes que están desencadenando la alergia, es recomendable que se mantenga al niño alejado de ellos.
En cuanto a las infecciones respiratorias, la mejor forma de prevenir un contagio es evitar que el menor esté en contacto con personas enfermas. Además, la vacuna contra la influenza también puede ayudar a evitar que el niño se enferme.