El amor, como lo sugiere el cine, puede surgir o resurgir en las circunstancias más insospechadas.

Eso lo saben a la perfección los más tenaces 'gamers' quienes, por más que papá y mamá los tilden de antisociales, saben que durante esas largas jornadas de 'vicio' no están solos. Hay miles, por no decir millones, de personas con las que tienen oportunidad de jugar en red. Y además de enfrentarse entre sí, pueden competir como equipo y formar lazos de amistad, una amistad capaz de trascender lo virtual y convertirse en romance.

Como jugando. Fue así, y no en una juerga, que Daysi Álvarez (26) conoció al hombre con quien decidió pasar el resto de su vida. Todo comenzó hace tres años, cuando un usuario desconocido solicitó unirse a su grupo de Gunbound, un juego desarrollado por la compañía Softnyx, en que cada persona opera un pequeño vehículo y, calculando altura y distancia, debe lanzar cañonazos para destruir al resto.

Luchando hombro con hombro, Daysi y su nuevo compañero comenzaron a sentir algo el uno por el otro, así que decidieron conocerse personalmente. Aunque estaba entusiasmada por el encuentro, la joven no tomó riesgos: pidió que fuese en un lugar público y acudió vigilada por varios amigos. Sin embargo, todos los miedos se fueron disipando a medida que conversaba -esta vez sin pantallas de por medio- con el hombre con quien disputó tantas batallas.

"Cuando le contaba a mi papá que tenía un enamorado en Gunbound, me preguntaba: '¿Cuanto te costó?', pensando que era un ítem o muñequito que compraba en el juego", recuerda la joven.

Con desconfianza. Pero apenas supo el padre que el supuesto muñequito tenía nombre, existía fuera de la computadora y pretendía algo serio con su hija, sintió desconfianza hacia él.

Hoy, Daysi es asesora en un nido pero, como 'gamer', no ha 'colgado los chimpunes'. Sigue jugando Gunbound y otros títulos como Love Ritmo y R2Beat. Y siempre lo hace junto su esposo.