¿Por qué el presidente no aceptó la renuncia de Aníbal Torres a la PCM? Porque, si bien hay otros integrantes del Gabinete que mueren por agarrar el premierato y lo defienden a capa y espada, a veces mejor que el mismo Benji Espinoza, el longevo primer ministro discursea y actúa como él (Castillo Terrones) quisiera saber hacerlo, pero su precaria retórica y bagaje intelectual no le dan para tanto.

Esa es la verdad de la milanesa. Por ejemplo, si de clasismo, victimización, monopolios, oligopolios y atacar a la prensa se trata, temas que están en el menú diario del “humilde profesor” de Chota, Torres se muestra expedito para convertirlos en festín de sus peroratas que, además, siempre terminan culpando a la derecha del supuesto estancamiento en los 200 años de vida republicana.

Dicho de otro modo, el mandatario ha logrado que el abogado, catedrático, jurista, autor de libros y exalumno de la Universidad de Roma La Sapienza postergue de buena gana sus pergaminos académicos y entre en una transformación kafkiana cuyo ADN es la falta de lucidez frente a la podredumbre, la intolerancia, la ausencia de un mea culpa y el coqueteo con los extremismos, que devienen lógicamente del pensamiento castillista.

Y en medio de esta mimetización entre el maestro sin palabra y el premier que renuncia de mentirita, los escándalos en el gobierno no han terminado con la remoción de unos cuantos fajines. De otro lado, que el presidente sea impedido de salir del país por temor a que se fugue dadas las cinco investigaciones fiscales que tiene encima, es un cuadro vergonzoso. No obstante, al parecer, al “prosor” no le entran balas.