​El 2016 que fue y lo que viene

Es fin de año como en los años anteriores, creo que es necesario hacer una revisión de todo. Lo que se planeó hacer y se hizo, lo que funcionó y lo que no, lo que entendíamos como éxito y en el camino dejó de serlo. Seguro porque hoy es el último servicio del 2016 para el restaurante, estoy pensando en los planes para el futuro, de los que tenemos muchos. Pero los más importantes del momento son de un lado la mudanza de nuestro restaurante a otro distrito de esta ciudad, y de otro lado, la implementación de un Centro de Interpretación de nuestra iniciativa Mater a un lugar muy especial de Cusco.

No solo estamos emocionados por eso que vendrá, sino que estamos en alerta porque sabemos que también asumiremos grandes riesgos.

Y también estamos profundamente agradecidos. Yo estoy agradecido porque en este país me siento rodeado de un equipo de personas con las que poco a poco hemos podido concretar sueños. Algunos que ni siquiera me hubiese atrevido a soñar. Hemos crecido en capacidades, en experiencias y en bases, y nos sentimos más sólidos. Veo en esto que hemos alzado desde cero (literal, en una casa que reconstruimos del todo), un lugar al que me encanta traer a mi hijo de un año, pensando que para él será ejemplo de esfuerzo y determinación.

Seguiremos investigando no solo porque es importante para nuestro trabajo, y la propuesta del restaurante y nuestros planes, sino porque vemos en ello que hay lugar para crecer y que más personas pueden crecer con nosotros. De ahí que el plan de Cusco es no solo bonito o interesante, sino necesario. Vemos que muchos jóvenes están buscando seguir esa misma iniciativa, que hay ganas de aprender, de ver el mundo, y de sentir. Por eso estamos dispuestos a seguir invirtiendo fuerzas en mostrar lo que hacemos y las posibilidades. Más que cualquier otra cosa, seguiremos insistiendo en que es vital salir al campo con respeto. No solo refiriéndonos a campos de cultivo, sino al simple hecho de salir, con todo lo que eso significa: salir de un lugar cómodo y conocido a uno que representa retos, o salir de nuestras cocinas para ver lo que sucede y aprender de fuera, básicamente para construir, y para estar conectados de forma real. A veces eso significa solo escuchar, y ser analíticos, para luego con esta información poder ser creativos, formular cambios. Para tener grandes ideas siempre es necesario un trabajo previo que te lleva a pensarlas. Hay que ser responsables en aplicar cambios, hay que ser justos, y hay que ser cautos.

Preparémonos siendo conscientes, entonces. Agradecer por lo de este año para mí es estar consciente, de lo que se consiguió y lo que se tiene y debe compartirse. Y es marcar un comienzo para un año que viene con fuerza para todos, y para decir qué queremos, qué esperamos que suceda, y trabajar en esa dirección.