Defender el estado republicano de los embates de políticos improvisados, es la respuesta que deben dar los ciudadanos al maltrato que han recibido el Perú y Latinoamérica de sus últimos gobernantes, concluye Alberto Vergara durante la presentación de su libro Repúblicas Defraudadas.

La pregunta que no pude hacerle al autor del libro es ¿qué grupo debe embanderar esa defensa de la república: los ciudadanos o los propios partidos a través de sus reformas? No es que uno sea pesimista, porque el Perú siempre ha sido más grande que sus problemas, sino en quién confiamos.

Los últimos gobernantes no lograron continuar con sus partidos políticos y perdieron, incluso, su participación. No hay más Perú Posible de Toledo, tampoco el Apra de García, menos el humalismo de Ollanta, ni qué decir el PpK de Kuczynski. Y lo más probable es que Perú Libre siga esa camino en los próximos cinco años.

Mientras tanto, no han aparecido grupos ciudadanos que luchen por cuidar la república y proteger la democracia. Peor aún, agrupaciones como La Resistencia están enfocadas en destruir instituciones, al igual que honras. ¿Qué asociación civil está ganando peso con miras a las futuras elecciones? Ninguna.

Hace dos décadas podíamos prever que partidos añejos como el Apra, PPC y Acción Popular, entre algunos nuevos como Somos Perú, iban a continuar sin problemas en la vida política. Sobrevivieron los últimos dos, pero a cambio se volvieron mercantilistas. Es un problema global, pero no debemos cruzarnos de brazos.