¿Por qué los sindicatos le tienen pánico a las evaluaciones? Uno de los más temerosos a las pruebas de calidad es el gremio de los docentes de colegios, quienes mueven sus tentáculos en el Congreso para nombrar a los profesores y que estos se vuelvan los intocables.

Esto está ocurriendo con la cantaleta parlamentaria para que miles de maestros pasen en calidad de estables con el único requisito de haber sido contratados durante tres años consecutivos. Es decir, acá no importa el nivel académico, sino el periodo de enseñanza.

Si a raíz de un reportaje de Punto Final se descubrió que cerca de 2 mil profesores de escuelas no contaban con título profesional y, peor aún, habían engañado al Ministerio de Educación con documentos falsos, ¿se imaginan si nada se hubiera sabido? Habrían sido inimputables.

¿En manos de qué analfabetos han sido educados miles de niños? Es bien conocido que la educación en las zonas rurales es de baja calidad por la carencia de profesores, pero de ahí a enviarles a cualquier embaucador con libros bajo el brazo es nocivo para el país.

Hace bien el Ejecutivo en observar el proyecto de ley impulsado por los lapicitos y sus multicolores. Sin embargo, que no cause asombro que empiecen a cocinar alguna movilización en defensa de los profesores y en perjuicio de la carrera magisterial.

La meritocracia es lo único que podrá salvar al país de gente que se aprovecha de las carencias del Estado, que sabe de sus falencias y vicios. Pasar por agua tibia el nombramiento de maestros es hacerle un daño a los niños más pobres.