El aloe vera o sábila se ha convertido en una de las plantas medicinales más conocidas y utilizadas en todo el mundo. (Foto: Pexels)
El aloe vera o sábila se ha convertido en una de las plantas medicinales más conocidas y utilizadas en todo el mundo. (Foto: Pexels)

El aloe vera o sábila se ha vuelto en una de las plantas medicinales más utilizadas. Sus propiedades hidratantes y cicatrizantes hacen que casi todo el mundo conozca el gel de aloe como un tratamiento eficaz para muchas afectaciones dermatológicas.

Pero antes de aplicarlo encima de una herida o una quemadura tenemos que tener en cuenta algunos elementos importantes para que sea realmente eficaz y seguro. Por ello, hoy te contamos algunos y tips para para extraer y conservar el aloe vera o sábila lo más fresco posible.

Cómo extraer el aloe vera o sábila

Para empezar, necesitarás una planta de aloe vera o sábila madura, debe de tener al menos unos dos años de antigüedad. Una vez desees hacer la extracción debes tener en cuenta los siguientes pasos:

  1. Primero, cuida la desinfección de las herramientas que vas a usar. Así evitarás correr el riesgo de contaminación cruzada.
  2. Elige la hoja a cortar, te sugerimos que sea de la parte externa de la planta y que esté carnosa, sin indicios de peste u hongos.
  3. Desprende o corta la hoja lo más cerca posible de la base.
  4. Lava la hoja con agua y jabón.
  5. Separa el gel, coloca la penca en un envase en posición vertical, por una hora como mínimo.
  6. Extrae el gel, corta los extremos de la hoja y córtala en trozos pequeños y manipulables, luego retira la piel y extrae el gel. Ahora a almacenarlos.

Ten siempre en cuenta que entre más fresco esté el proceso sus propiedades están activas. La sugerencia es que utilices el aloe vera o sábila lo más pronto posible.

El aloe vera o sábila puede ser muy beneficioso. (Foto: Pexels)
El aloe vera o sábila puede ser muy beneficioso. (Foto: Pexels)

Cómo conservar el aloe vera o sábila

  1. Conserva los cubos de gel en la nevera o refrigerador, solo durante una semana, preferiblemente en un envase de vidrio y con tapa.
  2. Realiza el zumo, licuando los cristales con un poco de agua, este también lo conservas en un envase de vidrio con tapa dentro de la nevera o refrigerador.
  3. Una vez realizado el zumo, llévalo al congelador y antes de que se endurezca por completo, haz cubos o bolitas y déjalas congelar.

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