El 77% de pacientes infectados por ómicron tenían dos o tres dosis de la vacuna. “Esta variante no es tan leve, como han señalado”, dijo Hernando Cevallos.
El 77% de pacientes infectados por ómicron tenían dos o tres dosis de la vacuna. “Esta variante no es tan leve, como han señalado”, dijo Hernando Cevallos.

El desborde de cientos de personas que rompieron las vallas metálicas de seguridad -sin mostrar el carnet de vacunación contra el COVID-19- junto a las ocho mil botellas de licor incautadas durante el último fin de semana en la playa Agua Dulce, Chorrillos, está haciendo repensar la estrategia del Gobierno sobre las restricciones impuestas ante el avance de la variante ómicron, con 71 casos identificados en el país.

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“Si bien la playa es un sitio abierto para relajarse y estar en familia, lo cierto es que cuando acude la cantidad de gente que acudió -como hemos visto en las filmaciones- en Agua Dulce- sí se convierte en un foco infeccioso y contagioso porque no hay ningún distanciamiento social”, dijo ayer el ministro de Salud, Hernando Cevallos a RPP.

En ese sentido, no descartó el cierre de las playas del litoral peruano. “La posibilidad de cerrar playas no es una posibilidad que se descarta absolutamente. Pero entendemos que no es la (medida) más adecuada si podemos lograr algunos niveles de control”, dijo Cevallos.

Sobre el tema, agregó que hoy sostendrá una reunión con las Fuerzas Armadas, la Defensoría del Pueblo y funcionarios de las municipalidades para evaluar qué restricciones adoptarán durante el 31 de diciembre, así como el 1 y 2 de enero de 2022.

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El titular del Minsa precisó que son cuatro condiciones que se discutirán en la reunión: aforo razonable, control para que la gente tenga las dos vacunas para ingresar a la playa, transporte seguro y la prohibición de venta de bebidas alcohólicas en los negocios cercanos a la playa.

“Si nos dicen ‘no hay forma (de cumplir las cuatro condiciones)’, tenemos que tomar una decisión más drástica. Lo que está fuera de discusión es que acá tenemos que cuidar, le guste o no a un sector, la salud pública”, afirmó Cevallos.

TRANSPORTE

En diálogo con Correo, el epidemiólogo Antonio Quispe señaló que un eventual cierre de playas respondería a que los veraneantes se exponen al uso del transporte público y, con ello, al contagio del COVID-19.

“El problema con las playas es que se exponen a espacios cerrados cuando usan el transporte público. Si uno quiere prevenir casos, es importante que tomemos todas las medidas para interrumpir las cadenas de transmisión de contagio del COVID-19. En espacios cerrados, se exponen con más probabilidad al contagio”, remarcó Quispe.

COMPORTAMIENTO

César Munayco, vocero del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC) del Minsa, advirtió que los ciudadanos vienen descuidándose del COVID-19, en los últimos meses.

“Si bien la playa es un lugar abierto, el problema es que se rompe la burbuja familiar, eso incrementa el riesgo de contagio. Tenemos información de que no solo las playas han sido desbordadas, sino que también se han dado fiestas, matrimonios y este comportamiento social está trayendo un incremento importante de contagios”, indicó.

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