Ha publicado “Las palabras de Chabuca”, libro que reúne 14 entrevistas que dio la cantautora peruana en medios nacionales y extranjeros
Ha publicado “Las palabras de Chabuca”, libro que reúne 14 entrevistas que dio la cantautora peruana en medios nacionales y extranjeros

El periodista y editor Alberto Rincón Effio, en “Las palabras de Chabuca” (Planeta, 2020), ha reunido 14 entrevistas  que dio Chabuca Granda entre 1959 y 1982.

En el centenario de la artista peruana, leer sus ideas, miedos, protestas, repletas de matices, es una forma de acercarse a un retrato muy vivo de la mujer que no solo compuso canciones memorables sino un país.

Hay muchas Chabuca en el libro. ¿Cuál es la que te sorprendió?

La última, la Chabuca renegada. Es una Chabuca muy autocrítica, que seguramente sentía que podía morirse en cualquier momento. Y, dentro de lo gran artista que era, imagino que pensaba que le faltaba mucho por hacer. Es muy interesante esa contradicción. Una artista ya en la cima pero que, a la misma vez, sentía que tenía que ser más dura consigo misma.

También está la Chabuca humilde, sobre todo en sus últimas entrevistas. Por ejemplo, llamaba “musiquita” a su obra musical...

Chabuca, en ese momento, circulaba de un grupo mucho más grande que ya no tenía que ver con los músicos sino con los poetas: César Calvo, Juan Gonzalo Rose. Ella veía que entre ellos y su obra había una distancia y los respetaba mucho. Con la humildad de siempre, ella decía eso a pesar de que nosotros la admiramos como la gran Chabuca Granda.

Y muy confesional. En la última entrevista dice: “Siempre me vieron acompañada y nadie supo jamás lo sola que me sentía”...

Es la Chabuca sin censura. Los artistas de ahora viven sujetos a las marcas, redes sociales, sin contradicciones para no perder seguidores o las empresas les prohíben hablar de tal o cual cosa. Chabuca Granda, en cambio, nunca necesitó ese tipo de auspicios. Tenía todas las licencias de decir o no, de retractarse, conminar al presidente, al ministro, exhortar a las instituciones, hablar mal de los alcaldes. Dijo que en Miraflores iba a haber una explosión atómica de cloacas. Es increíble: una Chabuca que podría estar hablando hoy y todo lo que denunciaría sería actual.

O decir que prefiere otras canciones más que “La flor de la canela”...

No es que ya no le gustara esa canción. Probablemente se cuestionaba cómo había causado tanto impacto un tema sencillo, en comparación a lo que ella hizo después.

Chabuca fue muy firme también al decir que no quería homenajes ni pompas porque no los iba a ver. “A los artistas quiérannos vivos y no en artículo de muerte”, respondió una vez. ¿Todavía se le adeuda algo a Chabuca en estos días?

Hemos llegado al centenario de Chabuca Granda y tenemos que ver, repensar, gracias al empeño, el trabajo y el amor que tiene por la obra de su madre, la gran Teresa Fuller Granda. Nosotros le debemos a ella y al legado de Chabuca Granda, a su archivo y su obra, un Centro Cultural, con archivo, museo, academia de música, con un espacio para presentar proyectos, ferias, donde se repase la obra de Chabuca. Eso es lo que hacen los países que rinden homenajes a sus artistas. Eso lo vemos con Picasso, Violeta Parra. Un país se mide de acuerdo al legado que protege. El Centro Cultural Chabuca Granda es una urgencia de hoy, no de un próximo aniversario. Está en la manos del ministro de Cultura (Alejandro Neyra), quien me presentó a Teresa Fuller y ama la obra de Chabuca, pasar este legado a la historia.

¿Cómo definirías a Chabuca?

Como he respondido en mi prólogo, Chabuca Granda es la patria.

Con todo lo que implica eso...

Todo. La patria son muchos elementos, sentimientos, gente, historia y antecedentes que cargamos. Y enorgullecernos como avergonzarnos de muchas cosas que hemos hecho como patria. Y de Chabuca Granda también pienso eso: es la patria, nuestra identidad, voz, música, nuestra forma de mirar el país. Ella es eso también: el país.

Perfil de Alberto Rincón Effio

Periodista y editor

Estudió Derecho en la Universidad de Lima y tiene un posgrado en Periodismo Literario en la Universidad Autónoma de Barcelona. En la actualidad, es jefe editorial de Librerías Crisol.

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