A principios del 2019, Ibar volvió a ser declarado culpable de un triple asesinato que se cometió pocos días antes de que fuera detenido en 1994. La policía hallo los cuerpos sin vida del empresario Casimir Sucharski y de dos mujeres, Sharon Anderson y Marie Rodgers, en un domicilio de Miramar (Florida). En la imagen, Pablo Ibar comparece en el tribunal estatal de Florida, en Fort Lauderdale, en 1994. (Foto: Giorgio Vera / EFE)
A principios del 2019, Ibar volvió a ser declarado culpable de un triple asesinato que se cometió pocos días antes de que fuera detenido en 1994. La policía hallo los cuerpos sin vida del empresario Casimir Sucharski y de dos mujeres, Sharon Anderson y Marie Rodgers, en un domicilio de Miramar (Florida). En la imagen, Pablo Ibar comparece en el tribunal estatal de Florida, en Fort Lauderdale, en 1994. (Foto: Giorgio Vera / EFE)

En 1994, unas cámaras de seguridad caseras captaron el triple asesinato perpetrado presuntamente por el hispano-estadounidense . Conocido como “Los crímenes de Miramar”, el acusado en mención fue sentenciado a cadena perpetua por el asesinato de Casimir Sucharski, dueño del club nocturno “Casey’s Nickelodeon” y las bailarinas Sharon Anderson y Marie Rogers en un caso que no queda claro hasta ahora y cuya historia fue llevada a la pantalla chica a través del documental “El Estado contra Pablo Ibar”. Según refiere EFE, la serie “no es una historia de buenos y malos y ante la pantalla, el espectador será el jurado”.

La serie dirigida por el director español Olmo Figueredo se estrenó el miércoles en el dentro de la sección Zinemira, destinada a las producciones vascas y por si fuera poco, será emitida por las cadenas españolas ETB y Canal Sur, así como HBO, que ha cerrado esta semana un acuerdo de adquisición de los derechos de la serie para España y Portugal.

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SIETE CÁMARAS EXCLUSIVAS

El equipo de Figueredo fue el único al que se permitió grabar el segundo juicio a Ibar, el que ordenó celebrar el Tribunal Supremo de Florida en 2016 después de anular el que había condenado a muerte al sobrino del boxeador vasco “Urtain” por un triple asesinato en 1994. El juez autorizó su acceso a la sala con siete cámaras -una captaba imágenes para las televisiones que lo solicitaran- y ocho micrófonos, aunque sorprende más aún que permitiese filmar los rostros del jurado y las discusiones entre la acusación y la defensa cuando la vista quedaba interrumpida.

Pablo Ibar y su abogado Fred Haddad en julio de 2016. (Foto: Rafeal OLMEDA / POOL / AFP)
Pablo Ibar y su abogado Fred Haddad en julio de 2016. (Foto: Rafeal OLMEDA / POOL / AFP)


SEIS AÑOS DE RODAJE

Cuando en 2019 comenzó un segundo juicio contra Ibar, Figueredo y compañía llevaban ya grabando tres años las vistas orales previas vinculadas a un caso por el que el realizador comenzó a interesarse en 2013. Fue cuando preparaba en Estados Unidos “The Resurrection Club”, un trabajo en pro de la abolición de la pena de muerte, y descubrió que Seth Peñalver, condenado a pena de muerte por los tres asesinatos de Florida, había sido finalmente absuelto.

“¿Cómo uno puede estar fuera y otro condenado por los mismos hechos?”, se preguntó entonces y decidió encontrar respuestas.

En 2014 contactó con el preso y la familia del recluso, quienes aceptaron que se contara su historia, aunque sabían que en esta serie no se iba a clamar por su inocencia."No sé si Pablo lo hizo o no, eso nunca lo sabremos, pero ya lleva 26 años en la cárcel y, de la misma forma que estoy en contra de la pena de muerte, estoy a favor de la reinserción. Y si no lo hizo, se le ha infligido el castigo más inhumano, que es privarle de su libertad durante un cuarto de siglo", dice el director.

Afiche de "El Estado contra Pablo Ibar", que se estrenó este miércoles en el Festival de San Sebastián. Foto: La Claqueta
Afiche de "El Estado contra Pablo Ibar", que se estrenó este miércoles en el Festival de San Sebastián. Foto: La Claqueta


POLÉMICO VIDEO

El video que sirvió como prueba para condenar a Ibar muestra a dos hombres con la cara tapada irrumpiendo en el domicilio de Casimir Sucharski el 26 de junio de 1994 para asesinarlos a él y a las dos mujeres que le acompañaban, Sharon Anderson y Marie Rogers. En el clio se puede ver cómo los golpean y les disparan. Después, uno de los asaltantes se quita la camiseta con la que cubría su rostro y este queda registrado. Las imágenes son de muy mala calidad pero a partir de ellas se elaboró el retrato robot que sirvió para condenar a Pablo Ibar a muerte en el juicio del 2000. Pese a la inconsistencia de las pruebas, el español volvió a ser condenado.

“NI TODO ES BLANCO NI TODO ES NEGRO”

Los familiares de las tres víctimas del crimen -Casimir Sucharski, Sharon Anderson y Marie Rogers- también tienen voz en esta serie documental, que pretende mostrar “todos los grises que hay alrededor de una realidad”, en la que dejan caer su malestar por el tratamiento mediático que el caso tuvo en España.

“Ni todo es blanco ni todo es negro”, asegura Figueredo, que encontró en las familias de las víctimas el mismo convencimiento de la culpabilidad de Pablo Ibar que el que tienen muchas personas en España sobre su inocencia.

El realizador no cree que el sistema penal estadounidense “esté corrompido y no funcione”. “Tiene las suficientes instancias para revisar los posibles errores, pero es muy punitivo y se precisan medios económicos tremendos para costear la defensa”.En la serie se observa cómo se despliega una extraordinaria maquinaria letrada para intentar que el jurado declare a Ibar no culpable, y se ve asimismo cómo al fiscal no le basta con la cadena perpetua y, tras el veredicto de culpabilidad, se pone de nuevo en manos del jurado una decisión de vida o muerte.

TODA UNA VIDA EN PRESIÓN

Cuando Pablo Ibar fue condenado a prisión tenía 22 años y hoy es un hombre de 48. Hijo de un jugador de pelota vasca, un deporte tradicional del norte de España y emigrado a Estados Unidos en los años sesenta, es además, sobrino de José Manuel Urtain, campeón de Europa de pesos pesados en los años setenta.

El polémico caso, convierte a Ibar en el preso español que más tiempo ha pasado en prisión la pena de muerte. Español porque a mitad del proceso se nacionalizó así, hecho que puso al estado europeo en obligación de protegerlo. “Aquí había que hacer política. Había que hacer “lobby, lobby, lobby”. Si a Pablo lo hubiesen condenado en el año 2000 a cadena perpetua nadie sabría de él. Pero como la Unión Europea y España están en contra de la pena de muerte, por un componente ético, fue más fácil para la familia generar un debate, no si Pablo es culpable o inocente, sino si era merecedor de un castigo cruel e inhumano que era la pena de muerte”, sostuvo Figueredo en .