En “La Felicidad”, el psicoanalista y escritor argentino Gabriel Rolón, cuestiona esa inalcanzable meta que los seres humanos luchan por alcanzar y que muchas veces se convierte en obsesión. “A lo mejor necesitamos buscar la felicidad para sentir que la vida tiene algún sentido”, nos dice Rolón. “La vida es un lugar tan ingrato, tan difícil. Freud, que es el creador del psicoanálisis, en una carta que le envía a Einstein, le dice, que no se haga ningún tipo de ilusiones, que no está considerado dentro de los planes del universo que el hombre sea feliz. Yo creo que tiene razón, pero hay un ser que se pregunta si la vida tiene sentido, si vale la pena amar”.
Desmitificas la felicidad en tu libro...
Sí, claro, porque a mí me gusta, pero no por ser masoquista ni amargado, al contrario, soy una persona que disfruta de un humor muy intenso en su vida, y me encantan esos momentos en los que la felicidad me visita, pero si quiero una felicidad de verdad. Yo prefiero una tristeza verdadera a una felicidad falsa, a ver, no quiero ser feliz porque Argentina es campeón del mundo, eso no es una alegría, es una alegría para Messi.
Muchas veces se confunde la alegría con la felicidad ¿No?
Claro, se confunde la alegría, la euforia con la felicidad, entiendo que Messi es feliz, porque lo logró, él se esforzó, ahora yo estaba en mi casa, viendo la televisión, mirando nada más, mirando lo que pasaba. Siento que la felicidad, por lo menos la que me pasa, tiene que tener que ver con un mérito, con un esfuerzo, con una mujer a la que he enamorado, por un cambio de actitud que he logrado para ser una mejor persona,
Y que tampoco no es algo permanente ¿O sí?
No, mira, no hay mejor manera que volver a la felicidad imposible de tenerla eterna.
¿Desde cuándo te interesa el tema? La felicidad es un tema que siempre me lo pregunté mucho, nunca me había animado a abordarlo porque no es un tema para un psicoanalista, porque los psicoanalistas estamos más en contacto con el dolor, con la pérdida, el sufrimiento, que con la felicidad. El paciente, en una manera totalmente ingrata cuando empiezan a ser felices nos abandonan.
Hoy por las redes hay un derroche de felicidad en los usuarios que comparten solo lo bueno..
Bueno, la otra vez leí un estudio que decía que las últimas publicaciones que habían hecho en redes los suicidas, eran publicaciones donde se les veía felices y estaban a media hora de matarse, querían mostrar una felicidad que no sentían. Vivimos en una realidad, en un mundo, que es especialmente cruel, que nos exige la felicidad, y el disfrute, la gente no te puede ver mal, estar triste. Te dejó tu pareja ayer y quieren que le muestres la sonrisa, o se murió tu padre, y te dicen, bueno, listo, la vida continúa
O salen con esa clásica frase: tienes un angelito en el cielo que te cuida.
No pues, yo quiero tomarme un vino con mi papá, no imaginarme que me mira de algún lugar, porque además no creo en eso, respeto a las personas que lo creen, pero yo no tengo esa suerte de creerlo. Si en algún lugar habita mi padre es sólo en mi memoria y con él convivo y converso, como corresponde porque forma parte de quién soy, pero bueno, yo creo que tenemos ese mandato que no exige disfrutar.
¿Cuál es el problema más recurrente de los que van a tu consulta?
El sufrimiento por amor. El amor del que la gente habla tantas loas, es la mayor causa del sufrimiento del ser humano. Además, muchos equiparan el amor y la felicidad, dicen, bueno estás enamorado y sos feliz, no, estoy enamorado y sufro como un desgraciado, porque tengo miedo de no estar a la altura, porque tengo miedo de que me abandone, porque hice algo que enojó a mi pareja.
¿Y llegan también aquellos que los romances están solo en su cabeza?
Bueno, lo que pasa es que en ese sentido los analistas trabajamos con lo que es la realidad psíquica del paciente. Si el paciente dice que ella me ama, y ella no lo ama, yo tengo que trabajar con la realidad del paciente, lo que empiezo a hacer, a veces, es ponerlo a prueba, Cuánto hace que no te escribe, un año, cuánto hace que no te llama, dos años, un año y medio, y vos estás seguro que te ama, empezamos a cuestionarlo. A veces tenemos que hacerle entender a las personas que lo que perciben no es cierto.
Y es duro ¿No?
Sí que es duro, a veces hay que cuestionar mucho para que el paciente sepa quién es de verdad, y qué desea. Difícilmente pueda ser feliz una persona que no sabe quién es y qué desea.