Inocencia y horror: Regresa La Muchacha de los libros usados
Inocencia y horror: Regresa La Muchacha de los libros usados

La protagonista (Luccia Méndez), quien dice tener entre 15 y 50 años, va a contar una historia de horror. Su testimonio, desde la inocencia, por momentos parece gracioso, peculiar.

Sin embargo, debajo de la poesía y las risas, muestra una realidad de violencia más cercana de lo que se piensa: una niña es vendida a un coronel (Antonio Aguinaga) para casarse luego de su primera menstruación.

A medida que cuenta su historia, la niña siempre habla sobre lo que observa, desea y detesta. Por ejemplo, a su madre, subyugada a la casa, y a su padre, quien le exige que diga alguna palabra -y ella no responde-, un hombre que dice amarla pero que termina pactando un acuerdo con el militar para venderla por dinero.

De esta manera, mientras visita cuarteles militares y almuerzos, con una jaula de pájaro sobre la cabeza, a manera de anillo de compromiso, el cual se saca para seguir narrando, la protagonista presencia, junto a los espectadores, las formas del machismo: la mujer no expresa sus opiniones, no contradecir al varón, solo obedece.

VIGENCIA. Esto es un poco de la historia de La muchacha de los libros usados, dirigida por Mariana Palau y escrita por Arístides Vargas.

La puesta en escena, que fue presentada en el 2016, ha regresado a las tablas locales con diez funciones en el Centro Cultural Ricardo Palma de Miraflores (avenida José Larco 770, Miraflores).

Palau, en una conversación con Correo, manifestó que la temática que explora la obra se mantiene vigente en nuestra sociedad.

“Tiene un tema delicado que se aborda en distintos niveles: el rol de la mujer desde el extremo de la trata de niñas y mujeres. Está vigente aunque nos pueda parecer una historia lejana: en realidad, es algo que sucede en el país, sobre todo en provincias. También a un nivel lamentablemente más cercano: la cantidad de niñas que son abusadas por sus familiares o conocidos en sus ámbitos cotidianos y que no son escuchadas. Y, por otro lado, aborda roles que la sociedad impone a las mujeres”, comentó la directora de la obra.

La muchacha de los libros usados -que además incluye en su elenco a Johan Escalante, Sylvia Majo, Juan Carlos Díaz y Javiera y Paula Lizama, quienes sin pausa interpretan a 14 personajes- también es capaz de entregar un mensaje sobre dichos temas a través del juego.

“Hay momentos incluso de humor, porque el autor Arístides Vargas juega mucho con la tragicomedia, porque es capaz de dar ese mensaje no solo a través del drama, sino también en momentos de mucho juego”, detalló Mariana Palau sobra la pieza teatral, que inquieta por su vigencia y asombra por su particularidad al momento de contar y escenificar la inocencia y el horror.