Hace 26 años nos dejó el destacado cuentista literario Julio Ramón Ribeyro, exactamente la madrugada del 4 de diciembre de 1994 a los 65 años. Escribir de Ribeyro no es solo referirnos a un gran escritor, sino también a una suerte de marca emocional que deviene en identificación y justificación con personas que no necesitan ser especialistas en su obra para declararse fanático. Como cuentista, Ribeyro alcanzó la trascendencia en la pura claridad de la escritura, en el tema simple que como tal no estaba libre de furia.
Aunque inicialmente estudió Derecho, pronto abandonó las leyes por la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Su entendimiento le permitió continuar su carrera en Europa; sin embargo, regresó al Perú por primera vez en 1958 y pudo aprender sobre la realidad local de aquella época, lo que aportaría en el futuro a su estilo directo y sencillo para escribir.
Desde 1960, y durante más de 30 años, radicó en el exterior y se desempeñó como periodista, agregado cultural del Perú en París y pasando por cargos diplomáticos como delegado adjunto ante la UNESCO y embajador peruano ante la UNESCO (1986 - 1990).
Desde inicios de los noventa, decidió radicar definitivamente en Lima hasta sus últimos días junto a su esposa.
Pese al inevitable paso del tiempo, sus obras son clásicos que se disfrutan y se enseñan siempre en las escuelas. Destacó sobre todo por sus cuentos; aunque, dentro de su extensa bibliografía, figuran también ensayos, novelas y obras dramáticas.
Entre las obras más importantes de Julio Ramón Ribeyro figuran las siguientes:
- Los gallinazos sin plumas (cuento, 1955)
- Silvio en El Rosedal (cuento, 1977)
- Sólo para fumadores (cuento, 1987)
- Prosas apátridas (ensayo, 1975; 1986)
- La tentación del fracaso (ensayo, 1992-1995)
Unas líneas aparte tiene ‘La palabra del mudo’ ya que fue una compilación de cuentos de Julio Ramón Ribeyro publicada originalmente en 1972, y que con el pasar de los años fueron agregándose nuevos títulos a la colección. Además se incluyeron algunos prólogos escritos por el autor.
Ribeyro explicó que ‘La palabra del mudo’ lleva ese nombre “porque en la mayoría de mis cuentos se expresan aquellos que en la vida están privados de la palabra, los marginados, los olvidados, los condenados a una existencia sin sintonía y sin voz. Yo les he restituido este hálito negado y les he permitido modular sus anhelos, sus arrebatos y sus angustias”.
Se podría decir de Ribeyro que en todos los géneros que abordó, exhibió un compromiso ético, una ausencia de traición, una verdad propia que lo ayudaron a sobrevivir a sus demonios y que, por consecuencia, lo hicieron grande y muy querido: Ribeyro no fue el escritor que quiso ser, sino el escritor que pudo ser.
Dato
Julio Ramón Ribeyro nació en Lima el 31 de agosto de 1929.
Se casó con Alida Cordero y tuvieron un único hijo.
Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo (1994).