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Hace poco, Martha Mifflin dio una noticia que encendió la alerta en todos los amantes de la música clásica. Radio Filarmonía, la emisora cultural que dirige, corre el riesgo de cerrar su señal. La razón no es otra que la falta de auspicios, una barrera a la que siempre han enfrentado.

¿Por qué la crisis?

Siempre hemos tenido algún bache por ahí, pero nunca habíamos estado así. La radio desde sus inicios contó con apoyo de las empresas, pero ahora han estado reticentes. Por eso hemos emprendido la campaña “Clasiclaxon”.

¿En qué consiste?

Es un claxon que uno instala en su automóvil y tiene entre 4 o 5 melodías de música clásica. Cada uno dura en promedio 20 segundos. De manera que cuando use la bocina en la calle, él y los demás conductores escucharán por un instante las composiciones de grandes maestros, como Beethoven.

¿Cómo lo instalan?

Pueden entrar a nuestra página web www.filarmonia.org y hacer el pedido. El pago es de 150 dólares y las melodías del “clasiclaxon” van rotando. No solo esperamos obtener fondos, sino que el ambiente se llene de música clásica y lo asocien con nuestra emisora. Con la difusión que hacemos.

¿Desde cuándo trabaja en la radio?

Empecé hace 41 años con mi programa “Musiciana” que sigue hasta hoy. Pasé por muchas radios. En el 84 fuimos radio Solarmonía y desde el 2002 Filarmonía. Siempre difundiendo música clásica. También desde hace un tiempo tenemos programas de música criolla, afro y folclórica.

¿Y cómo van en audiencia?

No tenemos un número exacto, pero sabemos que nuestro público que era de 51 años para adelante, ahora es de 39 años. Hemos ampliado ese segmento. Además, nos escuchan en todos los estratos, pues en todas las clases hay personas con sensibilidad que aman la música clásica. Hace poco pasó algo que evidenció esto.

¿Qué sucedió?

Hace unas semanas en el Morro Solar, donde están nuestros equipos, se hizo un corte y no nos avisaron. Eran una nueva administración. Entonces mientras íbamos con un equipo electrógeno hasta allá, la radio recibió un montón de llamadas. “¿Ya cerraron?”, “¡Por favor no cierren!”, decían los oyentes. Esto evidencia que la música clásica no es un lujo, es una necesidad.

¿Por eso es tan importante?

La música clásica te da paz. Tranquilidad. Saca lo mejor de cada uno. Me atrevo a decir que te hace mejor persona. Mi padre jamás me preguntó si me gustaba tal o cual música porque en esa época solo se obedecía. Nos llevaba al teatro, a conciertos. A los cuatro años me compró un piano y me puso un profesor. Nos daba alternativas y luego cuando era grande yo seguía yendo.

Hace lo que le gusta, ¿le falta cumplir un sueño?

Mi sueño es la tranquilidad de la radio. Que esté bien. Quiero dedicarme más en dirigirla y no en preocuparme por la falta de auspicios. La radio es parte de mi vida, parte de mi ser.

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