Un examen por termografía infrarroja realizado por el Museo Nacional de Noruega sobre una de las cuatro versiones pintadas por el artista determinó que fue él quien escribió “Sólo pudo haber sido pintado por un loco” en la esquina de su obra. (Foto Annar Bjoergli / Museo Nacional de Noruega / AFP)
Un examen por termografía infrarroja realizado por el Museo Nacional de Noruega sobre una de las cuatro versiones pintadas por el artista determinó que fue él quien escribió “Sólo pudo haber sido pintado por un loco” en la esquina de su obra. (Foto Annar Bjoergli / Museo Nacional de Noruega / AFP)

Sólo pudo haber sido pintado por un loco”. La inscripción añadida a “” no fue trazada por nadie más que por el propio artista, Edvard Munch, concluyó el Museo nacional de Noruega.

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Escritas en lápiz, en la esquina izquierda de la parte superior del icónico lienzo, que se ha convertido en un símbolo de angustia existencial, las pocas palabras en noruego han alimentado durante mucho tiempo las conjeturas sobre la identidad de su autor.

La principal teoría hasta ahora sugería que fueron el legado de un espectador indignado, a principios del siglo XX, por la obra que representa una figura fantasmal con un rostro pálido frente a bóvedas celestes de colores brillantes.

Pero un examen por termografía infrarroja, realizado por el Museo Nacional de Noruega que tiene la versión en cuestión del “Grito” -Munch (1863-1944) pintó cuatro- llevó a otra conclusión.

“La inscripción es sin ninguna duda de Munch”, dijo la curadora Mai Britt Guleng en un comunicado difundido por el museo el lunes.

“La escritura en sí, así como los eventos que ocurrieron en 1895 cuando Munch mostró la pintura por primera vez en Noruega, apuntan en la misma dirección”, agregó.

La primera presentación de la obra al público generó ese año críticas y planteó preguntas sobre la salud mental del artista, lo que, según Guleng, posiblemente llevó al artista a garabatear en el cuadro.

Pionero del expresionismo, Munch estaba obsesionado por el sentimiento de angustia alimentado por la muerte prematura de sus seres queridos, en particular la de su madre y su hermana Johanne Sophie. En 1908, incluso fue internado temporalmente en un establecimiento psiquiátrico.

Esta versión del “Grito” fue robada en 1994, el día de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en Lillehammer, unos meses después fue encontrada.

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