En “Los autorretratos de Egon Schiele”, Oscar Yepez encarna al pintor austriaco, quien plasmó su arte en retratos y autorretratos, cargados de una desnudez cruda e intensidad emocional. “Es un reto para mí, no he practicado danza y nunca había trabajado un desnudo en el escenario”, nos cuenta el actor sobre la obra dirigida por Roberto Ángeles. El reparto está conformado por nueve actores, que a través de un teatro en movimiento relatan pasajes de la trágica vida del artista. La pieza teatral estará disponible hasta el 5 de mayo en el Teatro Segura. Las entradas pueden conseguirlas en Joinnus.
—¿Por qué decidiste convertirte en actor?
Fue una decisión un poco accidentada, la verdad es que no estaba en mis planes. Rondó por mi vida la posibilidad de dedicarme a las artes escénicas, de hecho, me gusta la música y como todo joven rebelde quise tener un grupo de música, el cual tuve. Esa fue la primera vez que me subí en un escenario. Cuando llegué a Perú en el 2014, por una serie de casualidades conversé con un amigo actor el cual me recomendó ir al taller de Roberto Ángeles. Estaba tratando de ubicarme porque me había mudado de país. No había terminado la universidad, estaba estudiando Periodismo y Comunicación Audiovisual. Fue un poco accidentado cuando ingresé al taller de Roberto y pasé la audición, de pronto todo se aclaró. Fue como una especie de revelación.
—¿Qué rescatas de trabajar bajo la dirección de Roberto Ángeles?
Nunca había trabajado con Roberto como alumno, sino como actor profesional, fuera del taller. Tanto en el taller como en este periodo, la experiencia es muy semejante. Roberto te da mucha responsabilidad, te permite hacerte cargo de una serie de cosas, que quizás en un inicio no entiendes, pero posteriormente te das cuenta lo útiles que son. Trabajar con él es sencillo, por momentos, para mí, que soy un poco intenso, a veces puede ser complicado porque me exijo algunas cosas. Es una experiencia muy gratificante.
—¿Cómo ha sido adentrarse en el mundo de Egon Schiele?
Es muy curioso, yo tengo unas postales que suelen ir sobre mi mesa de noche, que son de las pinturas de Egon Schiele, eso fue cuando tenía 20 años. Muchísimos años después, Roberto me llama para hacer este montaje, además asumiendo el rol de Egon, fue un reto para mí, también una alegría enorme y una coincidencia. Ha sido una experiencia muy grata.
—Es la tercera reposición de esta obra, ¿cómo fueron sus primeros montajes?
Creo que en cada reposición una obra crece y madura, se encuentran cosas nuevas. Es positivo para una obra rehacerse, tener la posibilidad de pulir, como cualquier artista hace. Lo mismo estamos haciendo nosotros.
—¿Cómo ingresaste a ‘Al Fondo Hay Sitio’? ¿Hiciste un casting o te llamaron directamente?
Hice un casting para otro personaje, pero no fui seleccionado, pero un día Jorge Sánchez me llamó y me dijo que había un personaje, y así inició todo. Ya me conocían del casting previo y encajaba en el personaje que terminé interpretando a Bernardo De La Mata.
—¿Es posible vivir de la actuación?
A veces va bien y a veces no, y tienes que estar de acuerdo con eso. Agradecer las oportunidades cuando las tienes y no las tienes, porque también se aprende.
—¿Qué debe tener un proyecto para que aceptes formar parte de él?
Sinceramente estoy en una etapa de mi carrera en la que no le diría que no a nada. Más bien creo que me serviría a mí como actor o persona, intentar encontrar un valor positivo por más que no me guste y ver que puedo aprender. Hay mucha gente que dice que no trabajaría en la televisión peruana, y hasta yo pude haberlo hecho antes de ser actor y no saber cómo funcionaba el medio. Después de haber trabajado en ‘Al Fondo Hay Sitio’, entiendes un montón de cosas sobre el oficio, el esfuerzo y trabajo que hay detrás. La verdad que todo lo que he hecho, he podido aprender. En esta profesión tienes que salir siempre de tu zona de confort, asumir retos. Estar en Egon es un reto para mí, no he practicado danza, nunca había trabajado un desnudo en el escenario. Son retos tras retos que, si no estás dispuesto a vivirlos, te pierdes un montón de cosas.
—¿Es complicado crecer en el mundo artístico sin las metas trazadas?
Creo que de por sí es complicado crecer en este medio, que es un pequeño, hay muy pocas oportunidades, hay muchos aspirantes. Lo recomendable es estar lo más preparado posible, tener tu material, tus fotos, ser lo suficientemente sociable para que te conozcan y trabajar en todo lo que puedas. Es complicado, tienes que lucharla. He visto gente que sin algún tipo de recursos han logrado hacer cosas impresionantes y ahora están en la cima de lo que es el mundo actoral. Es también tener la capacidad de soñar con la suficiente intensidad para que se cumplan esos sueños.
—¿Qué otros trabajos tienes fuera de las tablas?
Yo no soy profesor, no sé si eso me juegue a favor a la hora de anunciar un taller. Soy un actor que ha acumulado a lo largo de estos años una serie de conocimientos fundamentales que a mí me sirvieron. Los aprendí a lo largo de mi preparación para empezar a pensar en la idea de ser actor. Eso es lo que le cuento a los alumnos, les propongo que hagamos dinámicas en donde se les ejercite el pensamiento, es algo que nos falta mucho como sociedad, a veces pensamos de manera mecánica. En la docencia se viene un taller nuevo de unas cuantas sesiones donde trabajaremos eso, quizás también con texto, algunas escenas y poner en práctica lo que se ve en clase.
—¿Qué papel debe desempeñar el sector privado en la cultura?
Sinceramente no soy la persona indicada para hablar de estos temas. Soy un actor y procuro hacer mi oficio la mejor manera posible, procuro ser un buen ciudadano. Si hubiese mayor inversión por parte del Estado, sería estupendo. Lógicamente yo quiero que haya incentivos para producir y crear más cosas, pero no estoy capacitado para dar una respuesta sobre cómo lograr eso. Pero manifiesto mi deseo para que podamos hacer más. Tener muchos teatros, cines, que se descentralice el mundo cultural. La oferta cultural que tenemos en Lima, no la tenemos en otras partes del Perú.
Hace unos años, grabé una película y parte de ella se grabó en Puerto Maldonado. Tristemente por cuestiones políticas o de la alcaldía, no se pudo proyectar ni estrenar en Puerto Maldonado. Sé que luego se proyectó, pero ese tipo de situaciones son tristes y si se pudiese corregir sería ideal para todos.
—¿Cuáles son los proyectos en los que te enrumbas ahora?
Sobre teatro, se vienen 3 proyectos muy interesantes, ‘Tartufo’ de Molière que lo vamos a presentar en la Alianza Francesa de Lima. Después viene ‘Hamlet’ en el Teatro Municipal. Para finalizar el año, voy a estar en ‘La Señorita Julia’ en la Sala Quilla en Barranco. Todas son producciones de Éxodo. No tengo la certeza si este año se estrena una película que grabé a finales del año pasado con Tito Catacora, que se llama ‘Los Indomables’ y que se grabó en Puno.