Ricardo Falla Barreda: “La poesía es la mejor manera de humanizarnos”
Ricardo Falla Barreda: “La poesía es la mejor manera de humanizarnos”

Un libro de poesía es la pasión concreta de un hombre que se juega la vida, son las palabras que el poeta y catedrático Ricardo Falla Barreda aún mantiene después de 46 años de una obra poética que ha reunido en su último libro Poesía abierta.

En esta conversación, Falla reflexiona sobra la vocación literaria en su vida y cómo la poesía es un refugio ante una difícil coyuntura política y social que se vive en estos tiempos.

¿Qué ha encontrado en la relectura de sus poemas para la edición de Poesía abierta?

Revisar una obra, con una lectura crítica, no deja de tener un sabor de añoranza; porque es una época, unos sentimientos, una forma de pensar que uno la consideraba olvidada. No obstante, la situación sigue latente. En un poeta, eso es permanente; todo late ahí. Como diría Freud, siempre está pulsando. Diría que ha sido grato e ingrato a la vez. Grato porque te encuentras con una obra que dices caramba, todo esto he escrito. E ingrato porque te remueve muchas cosas que uno consideraba superadas, pero no es así. La poesía no es una válvula de escape para nuestra neurosis, sino una vocación de vida.

¿Todavía sigue pensando que un poemario es la pasión concreta de un hombre que se juega la vida?

Definitivamente, sí. La suscribo y la suscribiré siempre. Porque es una vocación, una entrega. Y, en mi caso, es una forma de vida, de pensar. Cuando leo un poema, me revela todo un mundo, un conjunto de circunstancias.

En su poema Basta paren, alude a la tecnología que nos aleja de nuestra humanidad. ¿Esto ha aumentado con los años?

Desde luego. Por un momento, me hace recordar un pasaje de la Divina Comedia. Cuando llega un alma al Caronte, donde están el río infernal y el demonio Minos. Y el juez, que es Caronte, le pregunta: tú ¿qué has hecho?.Bueno, yo soy un parricida, le responde. Entonces, el demonio Minos se enrosca el rabo y forma dos anillos en su cuerpo, lo que significa el segundo círculo. Exactamente con la frialdad de una computadora que te dice tú no tienes sentimientos, no me interesa nada. Usted debe; pase usted aquí, pase usted allá. Es una cosa infernal. Por un lado, la tecnología libera al ser humano de muchas cosas penosas. Sin embargo, también lo está cosificando y lo ha convertido en una pieza de relojería. Una pieza más de un mundo deshumanizado que vive una enfermedad espantosa, grave, que es el individualismo, el egoísmo, donde no hay espacio para la tercera persona.

Ni para la reflexión…

Claro, con mayor razón. A mí se me encoge el alma cuando veo a miles de personas caminando por la calle con un teléfono en la mano, como zombies, totalmente absorbidos. No se deja espacio para la meditación, la buena lectura, apreciar una buena obra de teatro. Y todo siempre queda reducido a una élite, una república de las letras; y eso es malo para una sociedad.

En ese contexto, ¿por qué se debería leer y escribir poesía?

La poesía es la mejor manera de humanizarnos. Si el ser humano pierde el sentido de trascendencia que te proporciona la poesía, entonces se reduce a nada. Pierde su humanidad.Ante la muerte de poetas como Arturo Corcuera, ¿qué le está quedando a la literatura peruana con la actual generación? Vivimos una enfermedad mortal que es la enfermedad del individualismo. Eso se está revelando, reflejando en la poesía. Cuando uno lee un texto de las últimas personas que se dedican al cultivo de la poesía, parecen escritos por la misma mano. Todos están encerrados en su mundo interior. Si hay unas 30 mil personas que están escribiendo poesía, probablemente no pasarán de dos o tres que valgan la pena.

¿Qué le diría a un joven que recién está empezando en la poesía?

Que lea. Que se cultive. Que asuma la poesía como una vocación de vida y no como un entretenimiento, un hobby o un pasatiempo. La poesía no es nada de eso. Es asumir plenamente que uno está en posesión de un instrumento valioso.

PERFIL

Ricardo Falla

Poeta y catedrático

Integrante de la Generación del 70 de la literatura peruana. Es profesor principal en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.