Walter Riso, doctor en Psicología y escritor, no es de “hablar a medias tintas”, y sobre todo, cuando debe tocar temas que atañen al ser humano. En su más reciente libro, “De tanto amarte, me olvidé de mí” (Editorial Planeta) va de frente al grano y pregunta a sus lectores si aman a la persona adecuada; lo que genera en el autor una seria reflexión sobre las relaciones de pareja. “Sufrimos demasiado por amor y no debería ser así, todo sería distinto si nosotros le quitamos esa sobrevaloración que le damos”, dice Riso, cuya presencia en la FIL Lima 2024 fue en olor a multitud.
¿Cuánta gente llega a la consulta por cuestiones de amor? El 60 por ciento, yo sigo atendiendo pacientes por internet y eso me da la ventaja de tener gente de todas partes del mundo y entonces comparo. Da lo mismo que uno esté en Chile, y el otro en Alaska o en África, cuando están golpeados por el amor, son igualitos, pasan por las mismas cosas. Los celos, el miedo a quedarse solos, la dependencia emocional, eso de no puedo vivir sin ti, esas relaciones enfermizas, de un narcisista con un dependiente. Todo eso es los más frecuente.
¿Para elegir bien a una pareja cual es el elemento primordial para tomar en cuenta?
Hay varios elementos, pero para mí hay algo que es vital: amar en libertad, no amar con apego, sino que puedas ser tú. Esa libertad, esa territorialidad es muy importante, porque hay cosas en el amor que no están creadas para dos, sino para uno, es tu espacio.
Pero no solo amar en libertad es importante, hay otros elementos dijiste. Yo diría que son tres cosas que siempre hay que tomar en cuenta, que no salen porque sí, no es que uno sentó a pensar; esas son las tradiciones psicológicas, culturales y antropológicas. La primera es el eros, tu pareja te tiene que gustar como un postre- El deseo, las ganas del otro, eso es el eros que viene de la tradición platónica.
¿La amistad dónde queda? Para mí es el más importante, que es la filia, que viene de la misma tradición aristotélica que es la amistad, definida en dos cosas, en que no tienes que explicarle el chiste a la pareja; si tienes que hacerlo dos veces y no te entendió, entonces empaca y vete pues. Y la otra es que nos indignen las mismas cosas, es decir que hay una visión del mundo similar.
Falta un elemento que también es vital.
Está el ágape que es la ternura, el cuidado por el otro, que tú dolor me duela, si tu dolor no le duele al otro, no estás bien. Peo el amor también es ausencia de miedo, si tú se lo quitas, empieza a ser una construcción un poco más racional, más inteligente.
Por lo visto, pocos toman en cuenta estos tres elementos a la hora de enamorarse. Lo que pasa es que uno tiene que tener los tres elementos, pero hay parejas que son más fílicas, hay parejas que son más eróticas. Cuando uno está inicialmente en una relación, uno piensa que va cobijado con el manto del amor, pero el amor es una montaña que te aplasta también, con el amor no basta, eso implica, que yo elijo por lo que siento, pero también tengo que ir por lo que pienso.
¿Realmente de qué se enamora uno?
Tengo 80 mil investigaciones, pero la tendencia es que uno se enamora de la manera de ser. Vos no te enamoras de alguien que es sexy, no, eso es atractivo, pero no es amor. Uno se enamora de las virtudes del otro, de la personalidad. Hay muchísimas mujeres y hombres que no son tan lindos con parejas muy bellas y otros que son muy lindos, hasta que hablan.
Definitivamente hay mucho por aprender para tener un amor saludable. Hay que saber elegir mejor, pero enseñándole, por ejemplo, a los niños, autoestima uno, dos, tres, cuatro, cinco, autoamor. hasta los dos doctorados, y sobre las relaciones afectivas, Para mi, el crecimiento personal no es aprender, es quitarse toda la basura que llevas y que no le va bien en tu vida.