Con tan solo 20 años de edad, se convirtió en el hombre más rápido del Perú, al lograr marcar 10 segundos 30 centésimas en la modalidad de 100 metros planos del Iberoamericano de Sao Paulo. Sin embargo, cinco años después, su vida cambió totalmente, por lo que Andy Martínez decidió dejar de lado las zapatillas y enfocarse netamente en su carrera profesional.
Martínez pisó por última vez una pista de velocidad en los 4x100 metros de los Juegos Panamericanos Lima 2019, en agosto de aquel año, pero los resultados no fueron los mejores. A raíz de este episodio, varias marcas que apostaba por la capacidad del atleta decidieron dar un paso al costado. Sin duda, esto fue el mayor impulso para tomar la dura decisión, la de abandonar el atletismo.
- ¿Cómo nació la idea de practicar atletismo?
Inicié a los 9 años, en el colegio, por mi profesor de Educación Física, Luis Gala. Después, durante toda mi carrera, fue mi entrenador. Surgió por su gran insistencia, porque a mí de pequeño no me llamaba mucha la atención el atletismo, solo el fútbol.
- ¿A qué te dedicas actualmente?
Yo me dedico por completo al trabajo. Estoy en una agencia de Aduanas. Me enfoco a hacer todos los trámites de retiros, vistos buenos, evolución, todo lo que tenga que ver con la carga, la que viene de afuera o está por salir.
- ¿Qué estudiaste?
Administración y Negocios Internacionales en la Universidad Mayor de San Marcos.
- ¿Imaginaste retirarte una vez acabado los Juegos Panamericanos?
La verdad, no lo había pensado en ese momento. Había imaginado cómo sería cuando ya no esté practicando algo que he hecho por tantos años. Pero no pensaba que sería exactamente después de los Panamericanos. Fue un momento que tuve que decidir.
- ¿Qué pasó para que tomaras esa decisión?
Se acabaron los Panamericanos y todo el apoyo con el que contaba drásticamente ya no estuvo más, el apoyo en todo sentido. Nosotros como deportistas necesitamos desde los suplementos hasta la visión de lo médicos, entonces no se pudo sostener eso. Sin ese apoyo, yo no pude continuar.
- ¿Te refieres al apoyo tanto del IPD como de distintos patrocinadores?
Claro, nosotros tenemos apoyo por empresa privada y también por parte del Estado. Por parte de ambos culminó. Con la empresa privada, ya se sabía que ese año iba a terminar el contrato, había una esperanza de renovar, pero ya se sabía. Por parte del Estado, del IPD, no se tenía muy claro eso.
- ¿Te costó mucho dejarlo?
Por un lado, no, porque ya sabía por qué me iba. Pero, por el otro, sí fue complicado, porque iba a dejar algo que siempre he hecho y me gustaba.
- ¿Qué te dijo tu familia al respecto?
Me apoyaron, de la misma manera como me han apoyado durante todo el tiempo que lo he practicado. Siempre he venido haciendo todo por ellos y esto también lo hice por ellos.
- ¿Consideras que, si hubieras logrado una mejor marca en Lima 2019, seguirías en el atletismo?
Quizás hubiera ayudado. Tendría que haber sido un resultado más alto como una medalla. Pero el corte (del apoyo) ya lo tenían planificado.
- ¿Por qué crees que no se obtuvieron los resultados deseados?
Esta última competencia fue una de las más bajas de toda mi carrera. Pasamos por muchas cosas, como lesiones y una que otra complicación más, tanto que se llegó a los Panamericanos raspando.
- ¿Sientes que el Perú es un país que no toma en cuenta el deporte?
(El apoyo) ha mejorado increíblemente, ha crecido en un porcentaje bastante considerable. Pero sabemos que falta mucho más, falta interesarnos y darle más importancia al deporte, pero va por buen camino.
- ¿Lima 2019 fue un gancho para el desarrollo del deporte?
Sí. Fue increíble que un porcentaje de chicos empezara a practicar el deporte y nuevas disciplinas deportivas, sobre todo. Uno se sorprendía de ver a chicos interesados por el atletismo. De hecho, que sí, Lima 2019 tuvo un gran impacto.
- Se te conoce como ‘El Rayo peruano’, ¿sientes que marcaste una historia en al atletismo nacional?
Si algo se ha podido dejar, que haya sido algo que marque a los chicos de manera positiva. No te pudo decir: “Yo he hecho historia”, quizás no sería quién para decirlo, pero ojalá haya sido así y lo que haya podido dejar sea una herramienta que impulse a los chicos a ir más allá.
- ¿Cuál consideras que ha sido tu mayor logro deportivo?
Ser campeón del Iberoamericano (Sao Paulo 2014). En lo deportivo, es lo más grande que he logrado.
- ¿Un sueño que te hubiera gustado obtener como velocista?
Poder llegar a lo más alto del deporte, a unos Juegos Olímpicos.
- En el 2016 estuviste muy cerca...
Sí (suspira). Fue lo más cerca que estuve, me quedé a 8 centésimas, me faltó poquísimo, pero es así. Yo por una milésima me he quedado fuera de un podio. Es fuerte y complicado el hecho de saber que estuviste tan cerca a algo tan grande.
- ¿Pensaste alguna vez en retornar?
Lo imagino, pero es complicado el hecho de volver. El que a veces me hace recordar un poco es el ‘profe’ Diego Martínez, era el ‘profe’ con el que hacíamos el trabajo de fuerza general. A veces me envía fotos, imágenes y me quiere motivar, pero realmente es muy complicado, son varios factores que entran a tallar y es también dedicarte bastante.
- ¿Continúas realizando deporte?
Sí, así me mantengo, porque estoy acostumbrado, y es algo que me gusta. Si no es correr, es montar en ‘bici’ o hacer trabajos de fuerza.
- ¿Le darías algún mensaje a los futuros talentos del atletismo peruano?
Les diría que trabajen duro y se mantenga constantes en el objetivo que quieren cumplir. Pero no, por ese trabajo duro, dejen de divertirse ni de disfrutar.