Miles de argelinos agolpados en el centro de la capital frente a una pantalla gigante para ver el partido entre su selección y la rusa estallaron de alegría tras un empate (1-1) que clasifica a "los verdes" por primera vez en la historia para los octavos de final.
Subidos en las rejas de las ventanas de varios edificios, en la única fuente de la plaza que hay en frente de la sede de Correos, en varias casetas de la luz, en las señales de tráfico e incluso en los árboles, ningún aficionado se quiso perder este partido y cualquier sitio era bueno.
Tras sufrir en el inicio por ir perdiendo al comienzo de la primera parte, el conjunto del Magreb, logró el empate 1-1 a los 60 minutos gracias a Slimani, este tanto desató toda la alegría en el país africano.
Argel estalló en un grito. La selección nacional regresaba al partido y volvía a tener opciones de superar la fase de grupos, algo que nunca había conseguido en sus tres participaciones mundialistas (España 1982, México 1986 y Sudáfrica 2010).
Después comenzó una procesión frenética de coches repletos a rebosar de jóvenes argelinos asomados por todas las ventanillas o subidos a los capós, ondeando banderas verdiblancas y celebrando la histórica clasificación de su selección.
Una celebración que muy posiblemente continúe hasta bien entrada la madrugada. (Con información de EFE)