Todo estaba fríamente calculado, en caso el Chelsea vs. Liverpool llegase a la tanda de los penales. Entonces, Jürgen Klopp realizó modificaciones estratégicas en el desarrollo del tiempo suplementario. Así, Konstantinos Tsimikas, el héroe de la jornada en la final de FA Cup, ingresó al terreno del estadio de Wembley por Andrew Robertson.
Tras el pitazo final de la prórroga, los ‘Reds’ elaboraron la lista de ejecutantes y el griego apareció posicionado como el séptimo ejecutante. Por la parejo de la tanda (fallaron César Azpilicueta y Sadio Mané en la ronda de cinco iniciales), todo llegó hasta la conocida muerte súbita y, por lo tanto, llegaría la chance del defensor.
Antes del remate del canterano del Olympiakos, Mason Mount falló el tiro número siete de Chelsea. Gran estirada de Alisson Becker para dejar todo servido a su compañero. Con la venia del brasileño, el central se cuadró delante de Edouard Mendy. Al sonido del silbato, Tsimikas golpeó bajo, pegado al segundo poste para hacer el tanto del título.
De inmediato, todos los jugadores corrieron en búsqueda del griego para iniciar con la celebración sobre el campo del coloso ubicado en Londres. Además de celebrar con el zaguero, en otros lados del terreno se juntaron camisetas rojas (del mismo modo en las graderías) se unieron para empezar con la fiesta.
Otra vez los penales
Como hace tres meses, los once metros decidieron. Como en la Copa de la Liga, pero con diferentes protagonistas bajo los palos. Aquel día estuvieron Caoimhin Kelleher y Kepa Arrizabalaga; esta vez Alisson y Mendy.
La tanda estuvo lejos de la perfección de los 21 penaltis de febrero y hubo un tiro al palo de Azpilicueta, un paradón de Mendy a Mané, para dejar al Chelsea vivo, y una parada definitiva de Alisson que, unida al último lanzamiento del griego Kostas Tsimikas, entregó la octava FA Cup de su historia al Liverpool, que iguala en el palmarés a Chelsea y Tottenham Hotspur.