El sudafricano Wayde Van Niekerk batió este domingo el mítico récord del mundo del estadounidense Michael Johnson (43.18), vigente desde hacía 17 años, al ganar con un tiempo de 43.03 el oro de los 400 metros en los Juegos Olímpicos de Rio 2016.
Sin embargo, el protagonismo se lo ganó su entrenadora pues cuando las cámaras filmaron a Anna Sophia Botha todos pensaron que sería su abuela pero cayeron en un error. La mujer emocionada no era su familiar sino su entrenadora, de 74 años, que logró llevar al atleta a una nueva marca.
Van Niekerk y su entrenadora llevan juntos desde el 2013 cuando el deportista la conoció en la escuela sudafricana. Desde esa fecha, la veterana se esforzó por potenciar la musculatura del atleta.
Botha fue saltadora de longitud en los años 50 y 60. "Me siento bendecida porque no tengo problemas de salud, y esto se debe a que no me rodeo de gente joven y debe estar a su altura", comentó.
A sus 24 años, Van Niekerk, ya coronado en 2015 en el Mundial de Pekín, superó en la meta a los dos últimos campeones olímpicos, el granadino Kirani James (43.76) y el estadounidense LaShawn Merritt (43.85).
"Creía en el récord del mundo. Soñaba con esta medalla desde que era un niño", declaró el flamante campeón.
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