Las autoridades brasileñas impusieron al gigante tecnológico Apple una multa de 10.5 millones de reales (casi US$ 2 millones) por vender el iPhone sin cargador y por publicidad engañosa en relación a la resistencia al agua de sus aparatos, informaron fuentes oficiales.
El Procon de Sao Paulo, organismo regional que defiende los intereses de los consumidores, explicó en un comunicado que aplicó la multa a la compañía por “diversas prácticas” que violan el Código de Defensa del Consumidor.
Entre ellas “la práctica abusiva” de vender sus nuevos teléfonos inteligentes sin el cargador, un accesorio, según remarcó la entidad, “necesario y esencial para su funcionamiento”.
Después de reunir varias reclamaciones al respecto, el Procon de Sao Paulo pidió explicaciones a Apple, pero no respondió. El año pasado, la tecnológica ya había anunciado que dejaría de incluir los cargadores en sus modelos más recientes.
Asimismo, las autoridades brasileñas también castigaron a la empresa estadounidense por “publicidad engañosa” en relación al iPhone 11 Pro.
Ese modelo fue promocionado como “resistente al agua”, si bien varios de ellos presentaron problemas tras entrar en contacto con agua, “sin que la empresa los reparase”, según los relatos de varios clientes.
Apple informó al Procon de Sao Paulo que “la resistencia al agua no sería una condición permanente del aparato, pudiendo disminuir con el tiempo; y que “para evitar daños” los consumidores “deben dejar de nadar o tomarse un baño” con el teléfono y de “usarlo en condiciones de extrema humedad”.
Sin embargo, la campaña de publicidad incluía afirmaciones como “resistente al agua hasta cuatro metros (de profundidad)” y durante un tiempo máximo de “treinta segundos” o “hecho incluso para tomar un baño”, según el organismo de defensa del consumidor.
También llegaron quejas de consumidores que enumeraron problemas con “algunas funciones de sus aparatos tras una actualización del sistema”, indicó la entidad paulista.
El Procon igualmente verificó que Apple impone “algunas cláusulas abusivas”, entre ellas una en la que “se exime de todas las garantías legales e implícitas “contra defectos ocultos o no aparentes” y otra en la que señala que “no garantiza que el funcionamiento del producto será ininterrumpido o sin errores”.