Para la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), la desconfianza existente en el país se explica por la persistencia de la crisis política, que ya suma siete años, frente a la probada incapacidad del Estado para desempeñar funciones básicas, y está impactando la actividad económica, actualmente en recesión.
Suma a esa desconfianza, según el gremio empresarial, la corrupción, que no ha sido mitigada, por el contrario, “las recientes acusaciones a personas cercanas a la presidenta y a otras autoridades de los diferentes niveles de gobierno de tráfico de influencias demuestran que este problema está lejos de ser resuelto”.
Capeco presentó la semana pasada la edición de octubre del Informe Económico de la Construcción (IEC) en el que hace hincapié que el sector sigue en un escenario negativo, que está lejos de revertirse en los dos últimos dos meses del 202 porque, por el contrario, varios de los indicadores más relevantes del sector han deteriorado su situación.
En el informe precisó que, entre enero y setiembre del 2023, la actividad constructora cayó 9.3% y para octubre estima una nueva disminución, de 7.9% porque el consumo de cemento y el avance de obra pública habrían culminado el mes en rojo (-9.0 y -5.5%, respectivamente).
SE AGRAVA. Capeco señala que “en las últimas semanas se ha agravado y extendido (la crisis política) porque pasó de un conflicto entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo a otro que involucra al Ministerio Público, la Junta Nacional de Justicia, el Jurado Nacional de Elecciones, el Tribunal Constitucional, el Poder Judicial entre otras entidades”.
Al respecto, el presidente del gremio empresarial, Jorge Zapata, refirió a Correo que esa situación complica la economía, genera un clima de inestabilidad.
“Una de las instituciones importantes, fundamentales de la República (Ministerio Público o Fiscalía) que se ve envuelta en esos problemas es lamentable para el país, lamentable para las inversiones, lamentable para la economía”, precisó.
En el IEC de octubre, Capeco señala que la última iniciativa del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Plan Unidos, es un esfuerzo relevante y comprende medidas administrativas y proyectos de inversión de variadas magnitudes, múltiples ejecutores y distintos plazos de ejecución.
Algunas de estas iniciativas, prosigue, están en una fase inicial de desarrollo, otras tienen dificultades para ejecutarlas (o acelerar su implementación) y otras deben ser ‘destrabadas’.
“En esas condiciones, es muy difícil medir el impacto neto del plan (Unidos) y organizar las metas de cada componente en el tiempo”, indicó.
Por esta razón, el gremio constructor refiere que la respuesta inicial al plan no ha sido precisamente de entusiasmo, lo que ha motivado que el titular del MEF, Alex Contreras, exhorte a los empresarios a abandonar “el pesimismo absurdo que está generando retraso al país”.
En ese sentido, el gremio respondió al MEF aduciendo que “el pesimismo no es absurdo y la confianza no se rescata con arengas”.
