La producción de gas natural (GN) en el Perú tiene como principal fuente los yacimientos de Camisea (Cusco), cuyo Lote 88 abastece al mercado nacional, mientras el Lote 56 se destina a la exportación, precisó Carlos Gonzales, director de Enerconsult.
Afirma que la demanda del mercado nacional de GN aún es insuficiente por la falta de transporte (ductos y camiones especiales), lo que obliga al Consorcio Camisea a reinyectar gas seco (gas metano) a los pozos de producción, que se mezcla con el gas virgen y le quita calidad. “Es decir, hay exceso de gas natural por falta de consumidores”, dijo a Correo.
Por ello, considera que pretender nacionalizar Camisea no tiene sentido, por el contrario, el Estado debe renegociar los contratos (que están a 40 años), cediendo en regalías, es decir, bajar el 37% actual a 15%.
“A cambio, las empresas tendrían que invertir para asegurar más reservas para el país y no estar como Bolivia, que agota sus reservas y pronto carecerá de ellas”, precisó.
Riesgo. Explicó el experto que, de nacionalizarse los yacimientos de Camisea, el Perú se arriesga a ser llevado a un arbitraje internacional, que con seguridad lo perderá y tendría que pagar un estimado de $7 mil millones al consorcio de empresas, liderado por la argentina Pluspetrol.
“La nacionalización no es buena porque ahuyenta a los inversionistas de un sector que necesita mucha inversión para sacarlo de la crisis en la que está desde hace unos años, por lo que no hay exploración”, precisó.