Los niños y adolescentes no podrán ser sujetos de crédito, porque tienen que ser mayores de edad, pero ya van conociendo lo que genera un vínculo con las entidades financieras.
Los niños y adolescentes no podrán ser sujetos de crédito, porque tienen que ser mayores de edad, pero ya van conociendo lo que genera un vínculo con las entidades financieras.

El lunes pasado, la Comisión de la Mujer y Familia del Congreso de la República aprobó por unanimidad con siete votos el dictamen que propone la ley que regula la cuenta de ahorros de niños y adolescentes. De esta manera buscan que los ciudadanos desde temprana edad puedan acceder a los servicios financieros y fomentar el ahorro.

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De este modo, se retoma un proyecto de ley del año 2019, con algunos cambios como la regulación de cuándo las cuentas deben ser mancomunadas entre los menores y sus padres o apoderados. Es así como se contempla que los adolescentes entre 16 y 18 años podrán ser los titulares de sus cuentas sin tener ninguna autorización previa.

Al respecto, Luis Chávez-Bedoya, profesor de Finanzas de ESAN Graduate School of Business, comentó que se trata de una buena medida que los niños y jóvenes puedan acceder a estos servicios para ir ahorrando poco a poco, y que vayan entrando al sistema financiero, teniendo algún record, y que aprenden un poco más de los que ofrecen las entidades y cómo aprovecharlo. Sostuvo que es un buen punto de inicio.

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“Tener la posibilidad que tengan una cuenta coadyuva a que hagan un mejor uso de los servicios financieros en el futuro lo que genera inclusión y es positivo para la sociedad. Obviamente no van a ser sujetos de crédito, porque tienen que ser mayores de edad, pero ya van conociendo lo que genera un vínculo con las entidades financieras para que cuando ya trabajen y tengan sus propios ingresos, puedan disponer de manera responsable y lo usen adecuadamente”, precisó.

Según estudio de Ipsos Perú del 2017, citado por la Comisión del Congreso, 7 de cada 10 adolescentes ahorran principalmente para financiar sus estudios y adquirir ropa y dispositivos tecnológicos, y el 21% de la población de entre 13 y 21 años ya tiene un producto financiero. ¿De dónde salen los ingresos? Para Chávez-Bedoya los chicos manejan propinas o consiguen un trabajo temporal, lo que les permite disponer de ciertos montos.

Al ser consultado sobre si dichas cuentas deberían tener alguna restricción de compras, el docente expresó que si el adolescente tiene un dinero y es titular de la cuenta debería tener una libre disponibilidad para gastarlo, ya sea por medios virtuales o físicos, o para ahorrar.

Apuntó que hablamos de otra generación con otra forma de hacer comercio e intercambio, “que no tiene que pasar necesariamente por manejar efectivo ni tampoco para obtener un bien físico. Podría ahorrar, por ejemplo, para comprar un juego y podrían hacerlo por sí solos”.

Otro de los beneficios que resaltó el economista es el acceso a la información sobre la seguridad de la cuenta, con lo que se va generando una cultura que no solo es financiera, sino también para el comercio electrónico.

“Si los mismo hijos tienen curiosidad por las cuentas, los padres podrían aprender jalados por esa curiosidad. Se puede generar una sinergia interesante o un círculo virtuoso para poder aprender de todos los servicios”, refirió Chávez-Bedoya.

Por su parte, Yang Chang, docente de Posgrado en Finanzas de la Universidad de Piura, la calificó como una excelente medida que debería incentivarse desde muy pequeños. “Esta medida desarrolla la bancarización y ayuda a enseñarles a ahorrar y manejar sus finanzas desde jóvenes”, puntualizó.

Sumado a eso, comentó que también ayudará a la digitalización dado que los padres podrían transferirle a los hijos fondos y ellos usarlos digitalmente para hacer sus compra