Sin la Ley de Promoción Agraria, que otorgaba incentivo tributario, se frenó expansión de la agricultura moderna en la sierra, señaló el exfuncionario
Sin la Ley de Promoción Agraria, que otorgaba incentivo tributario, se frenó expansión de la agricultura moderna en la sierra, señaló el exfuncionario

La agricultura moderna se hizo en el desierto, con inversión de riesgo, pero frenó su expansión a la sierra, donde hay miles de pequeños agricultores que pueden ser el nuevo motor del sector, por falta de incentivos, dice el exministro de Agricultura, Juan Manuel Benites. En diálogo con Correo señala  que fue un gran error de Francisco Sagasti el precipitarse en derogar la Ley de Promoción Agraria, que permitía pagar 15% de Impuesto a la Renta.

¿Fue malo derogar la Ley de Promoción Agraria?

Me parece que el Gobierno de (Francisco) Sagasti se precipitó, frente al reclamo de un grupo de agricultores, en derogar la Ley de Promoción Agraria; su ministro de Agricultura (Federico Tenorio), solo conocía de agricultura familiar, no la moderna, la formal, la de exportación, que se promocionó con la ley que se derogó, la que hizo que las exportaciones agrarias pasaran de $300 o 400 millones a más de $10 mil millones; hubo impulso a la inversión para conquistar el desierto.

¿Conquistar el desierto?

Las inversiones fuertes se hicieron en tierras donde no había nada, no en las tierras que se expropiaron durante la Reforma Agraria. Hubo inversión de riesgo para instalar tecnología, infraestructura de riego tecnificado, innovación de variedades de cultivo, se ganó productividad. La agricultura moderna ha ido jalando a la gente que estaba en los valles antiguos, que se quedó produciendo caña, maíz, arroz, y esto fue cambiando cultivos, usando tecnología de riego tecnificado, aumentando la oferta de exportación. Hoy, mucho de ese avance se ha llevado a la sierra. Hay valles interadinos que producen palta Hass y cítricos para exportación. El agricultor que sembraba arroz no es el mismo que hoy cosecha arándanos, tiene  mayor productividad y mayores ingresos también. Los jornales en el sector formal les da acceso a EsSalud y a descansos, que son exigencias para exportar.

¿Qué debería mejorarse de la nueva ley agraria?

Siempre es posible, desde el Ejecutivo, hacer cosas, pero la ventaja de la ley que se derogó es que había seguridad jurídica, un marco legal que se mantenía con los cambios de ministros. Es verdad que se hicieron ajustes a la norma y se refleja en la diversificación de oferta de alimentos. Hace 20 años nadie pensaba que la uva saldría de Ica, hoy día se siembra uvas sin pepas en Piura y con rendimientos espectaculares. Con el último decreto de urgencia que sale en el gobierno de Vizcarra, la diferencia entre los sueldos del sector tradicional se acercaba mucho a los que tenían los trabajadores del régimen especial.

Un situación más pareja

Otro punto importante es el aporte al seguro social. Si bien es cierto que hay una deducción que el Estado deja de recibir, tampoco se dice de que muy pocos trabajadores usan el seguro social porque en el campo no hay dónde atenderse, prefieren el SIS. Entonces hay que enfocarse a los servicios que necesitan. Otro punto importante es la tributación, de deducciones que había, rebaja que había por reinversión con tasa de impuesto más baja. Aún no se ha visto ni 25% de lo que se puede hacer en el Perú. Los incentivos generaban una visión de crecimiento en el desierto, se empezaba a crecer a la sierra, donde se podría hacer sociedad con la minería, por lo que tiene más sentido los incentivos del Estado. Para mí, el motor de la agricultura será captar a los agricultores que tienen tierra, agua, pero necesitan infraestructura para irrigar sus  parcelas, necesitan caminos para llegar a los mercados. Es clave que tengan incentivos para que el sector privado le ponga mayor velocidad a la inversión.

¿Qué tipo de incentivo?

Tributario, por ejemplo. El Impuesto a la Renta de 15% no era mala idea si estaba amarrada a la reinversión o inversión en expansión, sobre todo podría poner metas como asociarse con pequeños agricultores, a trabajar en cadena de valor, podrían surgir empresas cooperativas o de otro tipo donde haya agricultores organizados. Se le quitó el pago de una tasa de 15% por el Impuesto a la Renta, hoy paga 30%. Esto haría migrar hacia las zonas altoandinas, donde se arriesguen a invertir. Por la parte laboral se debe tener en cuenta que la agricultura es un sector que demanda mano de obra por temporadas, sobre todo de la cosecha, es estacional.

Juan Manuel Benites

Exministro de Agricultura. Exviceministro de Desarrollo e Infraestructura Agraria y Riego. Presidente ejecutivo del Instituto Crecer. Exdirector Ejecutivo de Agrorural. Economista de la Universidad del Pacífico y de la Católica de Chile.