Imagen
Imagen

A pesar del nivel de compromiso que se pueda tener frente a una determinada deuda, a veces se presentan contratiempos o imprevistos que le impiden a una persona cumplir con sus cuotas. Por lo general ocurre con los créditos de consumo o las tarjetas de crédito pero también puede suceder con sumas mayores, como los pagos de inmuebles o hipotecas.

En esos casos, la mejor opción es acercarse a la institución bancaria para solucionar el problema antes que la persona quede como un moroso y entre a una central de riesgo. Las probables alternativas son:

Compra de deuda. Si la institución lo permite, es posible ordenar todas sus deudas en una sola, a una tasa de interés cómoda y por solo un pago al mes.

Reprogramación. Se puede hacer siempre que aún no esté atrasado en sus pagos. La institución reordena su cronograma y hace que se acomoden a sus posibilidades. Si ya tiene cuotas atrasadas, tendrá que solicitar un refinanciamiento.