Raimundo Barros: “El fútbol es una representación de la vida”
Raimundo Barros: “El fútbol es una representación de la vida”

En la cancha un niño puede experimentar frustraciones, decepciones, victorias e incluso dolor, explica Raimundo Barros, director ejecutivo de Fútbol Más, una organización con base en cuatro países: Chile, Ecuador, Haití y, desde el año pasado, Perú. En Lima trabajan en dos barrios: Nuevo Amanecer, en San Martín de Porres, y Enrique Milla, en Los Olivos. Además, tienen como aliado a la Fundación Colunga de Chile y ansían conseguir mayor financiamiento para replicar el proyecto en distintas zonas de la capital.

¿Cómo se eligen los barrios? Hacemos un pronóstico barrial, tenemos ciertos requisitos para trabajar en uno de estos lugares; que exista una losa en buenas condiciones, que haya cierta cantidad de niños, que la comunidad esté de acuerdo, participe y se involucre. El objetivo es fortalecer los procesos de resiliencia.

¿Cuál es el trabajo con la comunidad? Contactamos al comité vecinal, le comentamos cómo trabajamos, con cuánta gente venimos y les hacemos la propuesta; la comunidad lo evalúa y por lo general aceptan. Con los niños tenemos talleres cuatro veces a la semana en los que vinculamos lo social con lo deportivo. Trabajamos distintos contenidos de esta materia durante el año y los vinculamos con habilidades sociales.

¿Qué expectativas tenías antes de llegar a Perú? Conocía poco del lugar, no había vivido aquí. Por lo general, cuando vamos a instalar el programa en un país tenemos muchas expectativas, queremos que sea exitoso, pero no tenemos mucha noción de la cultura local; cuesta imaginarse cómo el programa se va a ambientar y contextualizar. Con un año de trabajo, podemos decir que hemos superado las expectativas, porque el impacto ha sido profundo en los barrios.

¿Has encontrado resistencia en los barrios? Al principio no había mucha confianza, los vecinos no creían que iba a resultar. Además, que fuera gratis les causaba inseguridad y también el concepto de una ONG, porque antes habían ido otras organizaciones con promesas que no cumplieron, pero al iniciar el trabajo, las dudas se convirtieron en involucramiento y participación.

¿Qué diferencias has encontrado entre los barrios chilenos y peruanos? Hay cosas parecidas y distintas, también he estado en Ecuador. Cada país tiene su propia cultura barrial. En Lima los barrios son más grandes, hay muchas necesidades, niños que viven en situaciones precarias. Además, cada cultura tiene su sello. Aquí los niños son muy respetuosos e interesados en participar, también son fanáticos del fútbol. Ellos están superfelices con el programa.

Y, ¿has encontrado talento? Hemos encontrado bastante, pero el programa no busca grandes futbolistas, no somos una escuela de fútbol. Utilizamos este deporte como medio de formación e inclusión social para que el niño pueda desarrollarse, tener amigos y un espacio sano. Tenemos una mirada educativa y formativa, valoramos mucho más una buena actitud, que un niño competitivo que no comparta con sus compañeros.

Eso se podría conseguir con otros deportes... Sí, pero una gran parte de los que trabajamos en la organización somos fanáticos del fútbol y creemos que es un deporte popular que genera un imán increíble en los barrios. Además, conocemos mucho la disciplina, hemos jugado desde pequeños y creemos que el fútbol es una representación de la vida.

Tuvieron una campaña en la Copa América, ¿cómo funciona la tarjeta verde? Estamos premiando las cosas positivas porque normalmente nos fijamos mucho en las cosas negativas y las bellas no se dicen. Las tarjetas amarilla y roja son herramientas que castigan, pensamos que si buscábamos lo positivo debía haber una herramienta de premio. Entonces, incluimos la tarjeta verde, que distingue las actitudes positivas de los niños y papás. Aunque también tenemos la tarjeta azul, para corregir las conductas negativas.

Muchos todavía ven el fútbol como un deporte para hombres, ¿hay participación de las niñas? Ha sido un proceso bonito. Cuando llegamos a los barrios, las mamás nos decían que las niñas no jugaban fútbol. Nosotros respondimos que queríamos invitarlas a jugar. Con el tiempo nos dimos cuenta de que no es que ellas no quieran practicar este deporte, sino que no tenían el espacio para hacerlo. Hemos tenido una participación muy buena de la mujeres, esto ayuda a crear un escenario de género muy interesante en el barrio. Además, los niños se dan cuenta de que las niñas pueden jugar y aprender, solo que no tienen la oportunidad.

CIFRAS

- 150 niños en cada barrio participaron durante el 2015 en los talleres de Fútbol Más.

- 6 años es la base para que los niños participen en el programa y 15 es la edad máxima.

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