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Unas de cal, otras de arena. Así podría definirse la actual situación del hospital Goyeneche, según la inspección sorpresiva realizada ayer por la Defensoría del Pueblo.

El comisionado de la oficina defensorial, Javier Arcos, rescató, por ejemplo, el cambio de actitud de algunos empleados del nosocomio para ofrecer un servicio más atento al usuario.

Por otro lado, Arcos advirtió que las condiciones de seguridad y la iluminación (interna y externa) es deficiente, pues algunos pacientes hacen largas colas en la calle Paucarpata desde las 23:00 hasta las 5:00 para conseguir una cita.

“Preocupa también que no se pueda modificar la infraestructura. No esperemos un desastre como el ocurrido en Nepal para recién actuar”, puntualizó el funcionario.

POSITIVO. En la visita, el representante de la Defensoría recogió testimonios favorables de los pacientes, quienes dijeron que “tienen una percepción positiva” en lo referido a la orientación recibida.

“Vemos con agrado el cambio de actitud de los trabajadores, esperemos que ello se replique”, dijo.

El comisionado también mostró su satisfacción por la mejora en el orden y limpieza de los ambientes.

No obstante, es necesario controlar la proliferación de las palomas que están en los corredores”, expresó.

La Defensoría seguirá con la supervisión de hospitales.

“La falta de personal y especialistas también debe solucionarse. Hoy, ello se suple con la presencia de internos de medicina y no es lo correcto”.