Momentos después de recorrer la plataforma comercial Río Seco, el alcalde de Cerro Colorado, Benigno Cornejo Valencia, fue retenido por una turba de vendedores ambulantes que le reclamaban por el operativo desarrollado 24 horas antes para retirarlos de la zona. La crítica situación ocurrió ayer. La autoridad tuvo que refugiarse en su vehículo por alrededor de media hora hasta que le permitieron retirarse.

La agresión se extendió a enfrentamientos con la Policía y el personal municipal de Serenazgo y Fiscalización.

Posteriormente el edil fue contundente con la continuidad de la medida. “No vamos a dar el brazo a torcer, no permitiremos más venta informal ni que se coloquen puestos en la zona”, manifestó.

TRIFULCA. El burgomaestre había acudido al lugar para inspeccionar los resultados de una intervención que coordinó con la Policía y Fiscalía.

La acción se planificó a fin de contrarrestar el comercio ambulatorio que tomó varias vías en Río Seco, impidiendo el tránsito normal y afectando negocios formales e instituciones públicas. Para dar solución se inició colocando rejas en los accesos y se limpió las calles de basura y escombro.

El alcalde acudió a la zona acompañado del general de la IX Macroregión Policial Arequipa, Roy William Ugaz Suárez, quien posibilitó la llegada de 200 efectivos para en el primer día de la intervención.

Los dos encontraron satisfactorio el cierre de la plataforma y saludaron la poca resistencia que encontraron los primeros minutos del jueves. Era alrededor del mediodía cuando Cornejo Valencia dijo que no se descuidaría el operativo y que las medidas iban a ser definitivas.

De pronto ambas autoridades se apresuraron por llegar a sus vehículos. El general Ugáz Suárez salió raudo por el portón abierto de la plataforma, mientras que Benigno Cornejo, dentro de su auto, quedó rodeado de un centenar de ambulantes. Habían llegado a la zona enrejada rompiendo el bloqueo de la calle 2 y lograron acercarse sin llamar mucho la atención, relató después un fiscalizador.

Un grupo de serenos y policías se quedaron a los costados de la máquina para impedir que agredan al alcalde.

Por el aire empezaron a volar piedras y botellas. Algunos impactaron contra el personal policial y municipal.

Unos 30 minutos después, cuando dejaron partir al edil, otro grupo ubicado en la reja que separa la plataforma de la avenida Aviación intentó retenerlo en su recorrido a la salida, sin conseguirlo. Ello desató una trifulca contra fiscalizadores dejando a varios golpeados por los ambulantes.

La situación escaló en gravedad cuando se habló de atacar el Mercado de Frutas, lugar donde aseguran que continúa el comercio informal ocupando las calles. El dirigente de los ambulantes, Richard Ruelas, señaló que, o botaban a todos o no se iría nadie. La Policía tuvo que usar bombas lacrimógenas para dispersar a los revoltosos, afectando a personas ajenas, adultos mayores y niños pequeños.

Un azuzador fue detenido y llevado a la comisaría de Zamacola. Luego, los ánimos fueron calmándose hasta que las amenazas pararon.

Desde la municipalidad aseguran que no hay vuelta atrás y pidieron que tomen las opciones de traslado que tienen.