Los propietarios de casonas ubicadas en los alrededores de la Plaza de Cayma viven en zozobra cada día, debido a los daños que vienen causando los trabajos de la puesta en valor de la plazoleta y sus antiguas residencias construidas entre los años 1786 y 1886. Es el caso de la vivienda de la familia López, que antiguamente fue la morada de la basquetbolista de la época de oro de Arequipa, Carmela López, hoy, tiene fisuras en paredes y bóvedas, así como desprendimiento de sillar y concreto.
“Las vibraciones de la maquinaria usada para el aplanamiento del área ha hecho que se abran las grietas, nosotros tenemos miedo que finalmente la bóveda ceda”, manifestó ayer Juanita López.
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Como la propiedad de López, otras casonas que operan como picanterías también han sido afectadas por el constante desprendimiento de sillar de las bóvedas y fachadas como Adobos Elsita, La Agustina Adobo y la Chaska.
“Hemos advertido que hay daños en las casas, pero se continúa con los volquetes que cada vez que pasan producen un fuerte ruido, incluso han quebrado vidrios de algunos restaurantes. A nosotros nos han dicho que de be haber un arqueólogo, pero no hay.”, comentó Vanessa Benavente, de Adobos Elsita.
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Debido al perjuicio causado, la familia López solicitó a la Policía de Cayma levantar una constatación el último lunes, para que se detallen los daños a su propiedad, con lo cual también se exigió interrumpir la obra antes que ocasione algún derrumbe. Esperan una acción de la comuna.
El mejoramiento de la Plaza de Cayma fue licitado por la comuna distrital al consorcio San Jacinto por un valor de S/443 mil 844. Los trabajos comenzaron el 13 de mayo, desde entonces la compañía viene usando maquinaria para el retiro de la carpeta asfáltica y aplanado. El residente de la obra, Juan Carlos Ortiz, reconoció que los daños a las viviendas se deben al uso de un rodillo vibratorio de 12 toneladas, pero ante los reclamos de los vecinos, la empresa hizo el cambio de maquinaria por una de 9 toneladas, que genera menor impacto, y acordó con los vecinos a reparar las afectaciones en las casas.
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“Los trabajos con máquinas culmina mañana (hoy). El rodillo emite la vibración a un nivel de compactación que pide el expediente técnico, nosotros solo cumplimos con lo requerido”, justificó.
Por su parte, el gerente de Desarrollo Urbano de Cayma, Carlos Ampuero, refirió que no se pudieron prever el deterioro de las viviendas, pues el área elabora expedientes estandarizados. “A esto le llamamos vicios ocultos, no podemos hacer una evaluación técnica anticipada”, dijo.
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Si bien se tiene permiso del Ministerio de Cultura, pese a que la Plaza de Cayma y las casonas de su alrededor son consideradas un ambiente urbano monumental, de acuerdo a la resolución suprema 2900-72-ED, el funcionario informó que no existe un arqueólogo monitoreando los trabajos.
El especialista en preservación de patrimonio, William Palomino, explicó que existe una falta funcional debido a que para este tipo de trabajos, Cultura envía de oficio a personal para verificar. Además, consideró un error el acuerdo llegado entre la contratista y los vecinos, pues es Cultura el ente que debe emitir una resolución para recién iniciar intervenciones en estructuras monumento.