Para dar una mirada a la participación de la mujer en el sector empresarial, la igualdad de oportunidades laborales y la afectación de la pandemia del coronavirus en este Día de la Mujer, conversamos con la presidenta de la Cámara Pyme y exministra de la mujer y Poblaciones Vulnerables, Ana María Choquehuanca.
¿Cuáles fueron los retos de la mujer emprendedora en estos tiempos de pandemia?
El principal reto a enfrentar es sin duda la situación en que queda la mujer a raíz de esta pandemia. Es el proceso de cambio y el reinventarse en un nuevo negocio o conservar el mismo con los cambios drásticos que había que realizar. La aplicación de protocolos ha sido un egreso más en el balance, teniendo que lidiar con los precios elevados. Además, en esta Pandemia las mujeres tuvimos que equilibrar más que nunca el tiempo familiar con el trabajo.
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El desempleo fue el primer efecto de la llegada del coronavirus, ¿en qué porcentaje fueron despedidas?
Según un reporte reciente de la OIT, la pandemia ha afectado de manera desproporcionada a las mujeres trabajadoras, lamentablemente, la exclusión de ellas en el mercado laboral creció debido a este contexto. La velocidad con la que siguen perdiendo sus trabajos es mayor que la de los hombres, debido a que la mayoría labora en los sectores más golpeados, turismo, hotelería y confección. No existe data acerca de la pérdida de empleo en mujeres, pero sólo en agosto, el sector restaurantes disminuyó en 55% en comparación con similar mes del 2019. En periodo agosto-septiembre, el empleo en MYPES de 1 a 10 trabajadores se redujo en 717 mil personas. Las mujeres al igual que los jóvenes son el grupo más vulnerable respecto a la pérdida de empleo.
¿Cómo fue avanzando el empoderamiento de la mujer? ¿Cómo llegamos a este Bicentenario?
No ha sido nada fácil, si miramos el contexto, muchos de esos avances tienen que ver con leyes desde el Congreso de la República, un poder del Estado dirigido mayoritariamente por hombres. Han sido ellos los que han gozado, principal y objetivamente de los beneficios de los casi 200 años de República. La violencia, la desigualdad salarial y otros aspectos nos alejaron de la oportunidad de desarrollar nuestras capacidades, los derechos de las mujeres están lejos de cumplir 200 años de ser reconocidos, no llegan a 65 en el Perú. Es decir, se han construido estructuras institucionales que nos mantuvieron postergadas por 135 años. Hoy, ese panorama está cambiando y la regulación del bicentenario tiene la obligación de disminuir las brechas, de eliminar la desigualdad. Hoy tenemos el 55% de presencia en la conducción de Pymes.
¿Aún hay barreras sociales, legales, económicas que impiden el desarrollo de las mujeres?
Así es, pero principalmente estructurales, históricos. Todavía, como sociedad, nos enfrentamos a un machismo que se resiste a irse y ello queda demostrado por la poca presencia de las mujeres en puestos de alta dirección. En el Perú el porcentaje de las posiciones de las mujeres como directoras con respecto al total de directores alcanzó el 7.4% en el 2012; porcentaje que aumentó en el 2016, pasando a 8.9%; y finalmente en el 2018 llegó a 9.2%. Sigue permaneciendo el Techo de Cristal para las mujeres. Haciendo referencia a algunas barreras de tipo económico, sin ir muy lejos por ejemplo en el tema de la banca, las leyes no cambian y las mujeres deben contar con la firma o autorización de sus esposos para obtener un crédito.
En el Perú hay más de un millón de MYPES, ¿en promedio de cuántos años se convierten en medianas empresas?
De acuerdo a estadísticas de INEI, el 94,9% de las unidades económicas del país, en el 2018, fueron microempresas. El 4,2% se encontraban en el segmento de la pequeña empresa.