La actividad ganadera lechera en Arequipa fue una de las más afectadas económicamente a causa de las manifestaciones suscitadas entre los meses de diciembre y febrero. Durante ese lapso de tiempo, el ataque a la planta procesadora de leche de Gloria en Majes y los bloqueos de carreteras, ocasionaron pérdidas superiores a los S/4 millones por día en el sector, por lo que no deben repetirse los actos violentistas, aseguró el presidente del Consejo Regional de la Leche en Arequipa (Conrelea), Gianni Simoni.
El dirigente recordó que los hechos de violencia del 12 de diciembre del año 2022, cuando una turba ocasionó daños en la infraestructura y logística de la planta de Gloria en Majes, afectaron con mayor impacto a los pequeños ganaderos, dado que dejaron de vender sus productos a la industria lechera entre 45 y 50 días; mientras que los medianos y grandes productores, se vieron afectados por 14 días. “Sólo el 30% de ganaderos tenía tanques de frío, es decir, pudieron aguantar un poco más, pero los pequeños ganaderos, sólo tenían porongos para almacenar leche, su producción se echó a perder rápidamente”, añadió.
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Para Simoni, el daño ocasionado al sector ganadero de Arequipa durante las protestas contra el Gobierno de Dina Boluarte es irreversible. Con la restricción del acopio de leche por parte de la industria, un grupo de ganaderos desesperados y agobiados por la crisis, optaron por rematar su ganado a productores de regiones vecinas como Ayacucho, Puno y Cusco. En otros casos, prefirieron vender su producción a las empresas queseras, situación que provocó una sobreoferta y la eventual caída del precio del litro de leche, dado que pasó a costar entre S/.1.20 y S/1.40, cuando su precio habitual era S/1.70. Esto último hace aún más insostenible la actividad ganadera, dado que el costo de producción actual es de S/1.80.
Asimismo, otro problema por considerar en el complicado contexto social del país fueron los bloqueos de vías. Productos como afrecho, maíz y soya; así como medicamentos para animales no llegaron a los establos arequipeños y muchos animales murieron por falta de alimento o se enfermaron sin recibir la medicina necesaria. Simoni señaló que este panorama se tradujo en un aumento de la mortandad en un 30%.
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Pese a que han transcurrido poco más de seis meses desde el atentado a la planta de Gloria en Majes, los ganaderos no han logrado recuperarse y sumado a otros problemas, como el encarecimiento de insumos y demás cambios climatológicos a consecuencia del Fenómeno de El Niño (escasez de agua), casi el 80% de productores está en riesgo de quiebra. Simoni explicó que, antes del año 2019, había 19 mil ganaderos en la región Arequipa, pero a la fecha sólo quedan 9 mil. Para la Gerencia Regional de Agricultura, este panorama es aún más preocupante y sólo hay 6 mil ganaderos lecheros.
“La ganadería necesita mínimamente de 7 a 10 años para desarrollarse, entonces los que han sido afectados con esta magnitud no van a regresar al negocio. Las condiciones sociales fueron el detonante para que todo esto desaparezca (...) la industria ya se ha recuperado, pero los que no nos recuperamos somos los ganaderos. Lo que ha pasado con estas huelgas es que es el ciudadano disparando a un sector que alimenta a los peruanos”, dijo el representante de Conrelea.
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Todo este panorama, se ve reflejado en la baja producción lechera que hoy tiene Arequipa, en comparación a años anteriores. Los registros de Conrelea, revelan que la producción local promedio era de 1 millón 300 mil litros por día; sin embargo, a la fecha apenas se llega a los 800 mil o 900 mil litros. La Gerencia Regional de Agricultura advierte que Arequipa pasó de ser la primera cuenca lechera del país a ocupar un tercer lugar, incluso, se teme bajar ‘un peldaño más’.
El gerente regional de Agricultura, José Paredes, explicó que la preocupación con las nuevas manifestaciones anunciadas para este 19 de julio en la denominada ‘Toma de Lima’ es el bloqueo de vías. Recordó que la restricción del traslado de productos favorece el encarecimiento de los productos y la pérdida económica de los productores.
“Al no haber vías de comunicación, lógicamente van a quedar desabastecidos los mercados. Si no hay tránsito, lamentablemente no van a llegar los productos y la más perjudicada es la población. Hay un riesgo de crisis alimentaria”, dijo.
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