Hay Festival: Abimael Guzmán solo fue un fanático sin ideología
Hay Festival: Abimael Guzmán solo fue un fanático sin ideología

Umberto Jara es un periodista que ha dedicado los últimos años a investigar algunos de los casos más mediáticos y controvertidos de nuestra historia reciente y sus libros han terminado convertidos en verdaderos best sellers.

Su último libro “Abimael, el sendero del terror” escarba en los orígenes del camarada Gonzalo, su pensamiento, sus viajes y su relación con la camarada Nora (Augusta La Torre), que luego sería su esposa y personaje principal para iniciar la escalada de violencia que marcó nuestro país.

Cuando presentaste tu libro sobre Abimael Guzmán, mostraste por primera vez los manuscritos del líder senderista, ¿ese fue el hilo de la madeja que te llevó a contar esta historia? Fue uno de ellos pero no el principal, el otro fue el testimonio de las personas que lo conocían.

¿Qué te hizo tomar la decisión de escribir este libro? En realidad tenía esta historia dándome vueltas por la cabeza, porque cuando esto ocurre en los años 80 en Ayacucho, lugar donde crecí, me costaba entender que se hubiera convertido en un lugar de muerte y destrucción. Entonces me pregunté qué había pasado y por qué Guzmán escogió a Ayacucho para iniciar su escalada de violencia.

¿Cómo llegan los manuscritos a tus manos? Eso es algo que lamentablemente no puedo contar hasta dentro de unos años, pero es toda una historia que hay detrás de estos documentos.

Para quienes hemos seguido de cerca el fenómeno senderista y la ideología que está detrás, sólo habíamos leído ese panfleto llamado “la entrevista del siglo”, entonces la pregunta es si la “ideología” de Sendero está en esos manuscritos. Muy buena pregunta. La “entrevista del siglo”, fue un disfraz para divulgar un manifiesto político, probablemente para que sus seguidores pudieran acceder a él, donde habla mucho de su movimiento. Creo que el Abimael ideólogo no existe, solo fue un método de propaganda del senderismo, porque la ideología debe estar en un texto orgánico; pero si nos preguntamos dónde está el pensamiento de Guzmán, su análisis, su interpretación de la realidad o cuál es el país que él quería construir, no existe. Y yo también me pregunté si esa ideología estaba en los manuscritos, pero no hay nada de eso. Hay análisis de la coyuntura peruana de los años 60 y 70, habla de los movimientos campesinos, sobre el gobierno de Belaunde, pero análisis hechos en base a clichés y no encuentras nada. Entonces no es para nada un ideólogo.

Quizá ahí estuvo el origen de su fracaso. Exactamente, el no haber hecho una interpretación de la realidad de ese momento. El habla de continuar la gran revolución mundial, cuando la revolución mundial se estaba apagando. Eso muestra que solo fue un fanático lleno de odio contra la sociedad, sin una propuesta política clara.

Aquí entra en juego la influencia de su esposa Augusta la Torre, ¿crees que fue ella quien le hizo creer que sería la “cuarta espada” del socialismo? Creo que fue el proceso mutuo de la interacción entre dos fanáticos. El hecho que hayan viajado juntos a China, embelesados por la figura de Mao, hace que al regresar se conviertan en dos fanáticos que se retro alimentan. Para ella él se convierte en el Mao, en su Mao, en el hombre al que ella quiere mirar como el superhombre, el líder que podría ser el sucesor y la cuarta espada. Creo que lo que falta es el gran estudio psiquiátrico de Abimael Guzmán y Augusta La Torre.

Hay una gran responsabilidad de la izquierda que no analizó el fenómeno terrorista, al punto que se ha banalizado y ahora hasta se utiliza la palabra “terruco” como un insulto. Ese es un punto muy importante. La política peruana en general se ha banalizado y se están utilizando adjetivos en lugar de conceptos, se descalifica a cualquiera como “terrorista” sin ningún sustento. El rol de la izquierda, por más que les moleste, es grande y serio. En primer lugar, en los primeros años de Sendero, hubo sectores de la izquierda legal que lo apoyó; pero nunca asumieron ese error. Y ahora hay una lideresa como Verónika Mendoza que proviene del “nadinismo” más que del humalismo. Creo que la izquierda tiene que hacer un acto de contrición y darse cuenta que es necesario que haya otro pensamiento de izquierda y deberían trabajar en ese sentido.

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