José Sebastián de Goyeneche fue obispo de Arequipa y arzobispo de Lima. Es uno de los peruanos del Bicentenario del país. (Foto: Difusión)
José Sebastián de Goyeneche fue obispo de Arequipa y arzobispo de Lima. Es uno de los peruanos del Bicentenario del país. (Foto: Difusión)

José Sebastián de Goyeneche y Barreda fue obispo de Arequipa (1816 – 1859) y arzobispo de Lima (1859 – 1872). Fue un católico tradicional ultramontano republicano, que abandonó su antiguo espíritu católico tradicionalista del virreinato. Vivió en tiempos de la Independencia del Perú junto a los religiosos Francisco de Paula Gonzales Vigil, Deán Juan Valdivia, Francisco Xavier de Luna Pizarro, entre otros. De acuerdo a José Bellido, maestro en historia por la Universidad Católica San Pablo, habían curas como diputados como Deán Valdivia y Manuel Vargas, que luego fue promovido como obispo.

Arequipa era una sociedad mestiza, no solo por sus rasgos físicos sino también en sus ideas. Lo que hizo Goyeneche fue conciliar ideas modernas (República) con ideas tradicionales. En el siglo XIX no solo fueron las guerras, sino también concepciones teológicas sobre la vida política y racionalista que está en vigencia en la actualidad, a pesar de varios cambios”, afirmó. En el siglo XIX, con la Independencia del Perú la iglesia colabora con la formación de la República.

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HISTORIA

Al romper relaciones con Roma, los obispados en América Latina se quedan sin pastores y se quiebra con la autoridad del rey, por lo tanto ya no se podía honrar el juramento de fidelidad al rey de España. “En ese tiempo solo habían tres obispos en América Latina. Cuando San Martín llega a Lima y expulsa a los obispos de Trujillo, Lima, Ayacucho y Maymas. Solo queda de Arequipa (Goyeneche), Cusco (Calixto Orihuela) y de Venezuela”, explicó Bellido remontándose al pasado.

Goyeneche, entonces obispo de Arequipa, tiene que cambiar su pensamiento político monárquico virreinal, por un pensamiento político republicano, abandona la fidelidad al rey y comienza a colaborar en la construcción de la República de Perú. “Colabora a través de las enseñanzas de que no se debe desconocer la religión como guía fundamental y también los derechos de la iglesia que tiene que ver con el derecho al diezmo y respeto al fuero eclesiástico, como el virreinato lo reconocía”, recalca.

El obispo era mestizo y criollo, hijo del militar y hacendado baztanés Juan de Goyeneche y la arequipeña María de Barreda. Envió cartas al Papa León XII para compartirle su pesar porque los padres de la independencia dijeron que regularían el patrimonio de la iglesia ante la igualdad ante la ley. Goyeneche debía custodiar la iglesia y la religión porque socialmente y culturalmente tenía relevancia en la región. Por ese motivo, se comunicó con Simón Bolívar después de la batalla de Ayacucho. No actúa de manera política en el Congreso, pero si tiene presencia en la Confederación Perú – Bolivia y llega a influir en los estatutos. Deán Valdivia se opone junto al obispo Goyeneche e impulsan una defensa a una república netamente católica y contra las ideas de los liberales regalistas, contra personajes como José Gálvez que pretendían quitar la religión de la constitución y promover que la iglesia pase a ser funcionaria pública del Estado.

HOSPITAL.

El hospital Goyeneche es una donación que hace el obispo y su familia, cede los terrenos y un monto para comenzar la construcción. Es una obra de la familia y caritativa del obispo porque no había un centro donde se podía atender a los pacientes. “La donación fue en el siglo XIX, la economía de Goyeneche era una economía grande, el padre viene de España y adquiere terrenos para viñedos y aguardientes en Valle de Tambo, Vítor, Camaná y Majes. Se expandió”, señala el historiador.

AREQUIPA.

José Sebastián de Goyeneche y Barreda nace en Arequipa en 1784, en 1818 comienza su actividad como sacerdote, su primera parroquia fue en Santa Marta. Luego es elevado a obispo en 1818 y testigo de los cambios en Perú. Murió como arzobispo de Lima, asume el cargo en 1860. “Goyeneche escribe una carta a los arequipeños, agradeciendo las actividades pastorales, de doctrina, sociales y culturales que realizó. Muere en 1872. Pasa algo curioso con Goyeneche, en Lima se dedica a escribir como no lo hizo antes. En Arequipa escribió 4 cartas pastorales, pero a partir de 1860 comienza a escribir más cartas, creo que seis más. Algunas publicadas, donde dedica incluso al general EP Miguel de San Román elogiando su catolicidad y valentía”, afirma el docente universitario. Como arzobispo de Lima comienza a tener interés por el adoctrinamiento en temas católicos, jurídicos, políticos e internacionales. No esperaba situaciones extraordinarias para defender a la iglesia, era en él una habitualidad escribir y que incluso sus textos llegaron a Chile, Colombia y Argentina.