A través de su arquitectura y arte, Arequipa continúa revelando misterios de como era la actividad diaria de nuestros antepasados y como esta información es de suma importancia para la actualidad. En esta sección “Correo te lleva de paseo”, descubre los “Caminos Reales” que conectaban a la Ciudad Blanca con Lima y Cusco.
En pleno corazón de Arequipa, aún se conservan vestigios de arquitectura republicana, colonial e incluso prehispánica para conducir a los arrieros a su destino. Acompañado del arquitecto y restaurador William Palomino, Correo empezó la ruta en la calle Puente Bolognesi, considerada una de las más antiguas y comerciales de la ciudad.
Palomino explicó que antes era conocido como Puente Real, pues se encuentran los tambos más antiguos como La Palla, Bronce, Matadero y La Cabezona, donde los arrieros descansaban para luego continuar con su camino. Detalló que el tambo La Cabezona es de arquitectura neoclásica de la última fase y en la actualidad preserva algunas tradiciones, por ejemplo, trabajos en cuero.


Continuando con el recorrido, se llega hasta el puente Bolognesi, construido en 1577 y terminado en 1608. Este era el puente real y no solo era el camino que iba a Lima y Cusco, sino también fue escenario de revoluciones civiles y militares.

Al cruzar el puente, tanto arequipeños como turistas se encuentran con la emblemática calle Beaterio, antiguamente conocida como el camino real que articulaba la ciudad con Lima y Cusco. En este punto, uno puede descubrir la casa de la famosa Silvia, quiera era la musa de Mariano Melgar. Actualmente, está ocupado por el club de fútbol FBC Aurora.
“La casa de la famosa Silvia, la musa de Mariano Melgar, es de arquitectura neo renacentista. Y ahora es sede del Club FBC Aurora, uno de los equipos tradicionales de Arequipa”, explicó William Palomino.

En la misma calle Beaterio se ubica también el Tambo Ruelas, una edificación del siglo XVII que en el pasado se encontraba en completo abandono y ahora, al ser adquirido por un grupo privado, se restaura y reconoce su valor histórico. A pesar de los años, este tambo aún conserva su fachada de sillar y balcones de madera característicos, una combinación perfecta entre la arquitectura europea y arequipeña.
“Era un lugar donde llegaban los arrieros y nos puede ilustrar un proceso de los viajeros. Tiene aún espacios especiales de como eran usados por los clientes. También se conserva la habitación de un arriero y este sería un nuevo punto de historia y patrimonio. Tambo Ruelas es un ejemplo de una estructura árabe, con corralas españolas que le da esa particularidad propia”, resaltó.
Por último, al final de esta calle real se muestra el Monasterio y Museo La Recoleta, un lugar que impresiona y debes visitar.